Menú

Cuando los periodos de incertidumbre en torno a un acontecimiento de la importancia del posible ataque contra Irak duran tanto tiempo como ahora y no se sabe cuándo concluirán, el comportamiento de los mercados se distorsiona y termina por surgir un sinfín de análisis más o menos catastrofistas sobre la evolución de determinadas variables económicas y su repercusión sobre la actividad productiva. Con el petróleo ocurre algo parecido. El precio del crudo ha superado con holgura la barrera de los treinta dólares por barril y ya empiezan a aparecer análisis que hablan de que podría llegar a los cuarenta dólares, lo que restaría 0,6 puntos al crecimiento económico español y aportaría medio punto a la inflación si se alcanzara semejante nivel y el ‘oro negro’ permaneciese en él durante cierto tiempo. Sin embargo, la realidad parece señalar lo exagerado de esas premisas.

El petróleo, es cierto, ha subido en los últimos meses como consecuencia de la posibilidad de una guerra contra Irak, pero también es verdad que se ha incrementado como consecuencia de la reducción de las exportaciones de crudo de Venezuela derivadas de la larga huelga contra el presidente Hugo Chávez. Esta última situación ya ha llegado a su fin y, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el productor suramericano ha vuelto al mercado con 1,3 millones de barriles diarios. Por tanto, un factor importante que ha presionado al alza los precios del crudo se ha corregido, lo que contribuirá a dotar a este fenómeno de un carácter temporal.

Por otra parte, en las semanas previas a un conflicto, el precio del petróleo sube porque todo el mundo amplía sus reservas en previsión de una posible escasez. Sin embargo, no hay motivos para semejante encarecimiento. La AIE ha informado que cuenta con unas reservas de 4.000 millones de barriles, cantidad equivalente al consumo de sus 26 países miembros durante ciento dieciséis días. A su vez, la OPEP acordó en su última reunión en Viena aumentar la cuota de producción si es necesario para reducir el precio del crudo. En consecuencia, aunque los temores a que la cotización del crudo pueda volver a dispararse son razonables, puede que no estén del todo justificados, lo que conferiría el carácter de coyuntural la actual subida.

En Opinión