TVE se ha despachado esta semana con un estreno de campanillas. Pero más por el ruido que hace y el dinero invertido que por la importancia del programa. “Operación triunfo”, presentada por Carlos Lozano, es la enésima vuelta de tuerca del esquema de “Gran Hermano”, pero aplicado al mundo de la canción.
A lo largo de 90 días, TVE seguirá las andanzas de 16 aspirantes a la fama que tienen como meta grabar discos y ser representantes de TVE en el festival de Eurovisión. El comienzo de “Operación triunfo” tuvo elementos soportables, e incluso esperanzadores para TVE, y otros infumables. Entre los positivos está que, a pesar de durar cuatro larguísimas horas, consiguieron mantener un 22% de audiencia teniendo en frente a los “Periodistas” de Tele 5.
El planteamiento del programa, ya contrastado en otros países como Francia, incluye su parte de folletón, la recuperación de los guiones de la serie “Fama” y la experiencia de “Lluvia de estrellas”. Con esos mimbres pretenden aguantar tres meses para, al final, dar a luz el último cantante clónico de Raúl o Chayanne y la penúltima émula de Paulina Rubio. Una gran labor para una televisión pública que hace un festival de Coros y danzas con siete novias para nueve hermanos.
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