Algunos costureros con afán de protagonismo en las pasarelas se inventaron como fórmula de renovar el vestuario que se vieran las costuras. Con ese modelo, arrancando pedazos de manga y mostrando el hilvanado del sastre antes de la primera prueba, siete presentadores, siete, estrenaron el primer programa de “La corriente alterna” en Tele 5 la noche del jueves. Llum Barrera, Alexis Valdés, Carles Fluviá, Nuria González, Luis Piedrahita, Elia Galera y Quequé fueron los encargados de dar la cara en un producto llamado a ser minoritario.
El programa se sitúa en la estela de “Malalts de tele”,(TV3) “Zapping” (Canal Plus) y “La batidora” (Antena 3). En ellos se explotan las imágenes más chocantes de la televisión pero, en el programa de Tele 5, se les añade espíritu crítico y pasajes dramatizados para “ayudarnos” a ver la realidad televisiva con otros ojos. Es una manera de vivir dentro de las miserias televisivas con afán de distanciamiento. La colaboración del Gran Wyoming y la participación de gente que ha trabajado en “El club de la comedia”, “Fuentes y Cia” o “Nada personal” nos remite a la oferta de una cadena en la que se intenta captar al público que se ha cansado de “Cuéntame” y no es seguidor de “Policías”.
Aunque los programas de este estilo consiguen arrancar un pedazo de audiencia, la complicación de este programa y una cierta pretenciosidad con ribetes alternativos no parece que sea la mejor fórmula para captar a unos telespectadores esquivos que, lo más probable, es que quieran ver la televisión y no que se la cuenten con guiños pretendidamente “posmodernos”.
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