Cuando los telediarios de TVE se cierran con las últimas noticias de “Operación triunfo” y las portadas de los periódicos se abren con el desbarate de las cadenas privadas porque un concurso de cantantes noveles ha conseguido unir a la mitad de la población española, es que algo muy especial ha ocurrido. En primer lugar, es la prueba de la desmesura de un fenómeno al que se han ido uniendo los medios de comunicación arrastrados por una corriente inesperada, pero bien articulada por los cerebros de Gestmusic y otras sociedades allegadas. La gala de selección de los tres finalistas para representar a España en el festival de Eurovisión fue un ejemplo de lo que consigue música, espectáculo y sentimiento en televisión si, además, implica a grandes empresas.
La rapidez de Canal Satélite Digital para subirse al carro del que tiraba TVE quedó patente cuando vimos el anuncio de la plataforma que busca ganar posiciones en la próxima fusión con Vía Digital. La SGAE tiene que estar muy contenta por encontrar un filón para la música. Disney será la marca que se llevará el gato al agua la próxima semana. A Telefónica algo le caerá al ser Endemol el origen de la patente y hasta Opening se aprovecha de lo necesario que es saber cantar en inglés en estos tiempos.
Detrás del voto sentimental y popular que ha seleccionado a David Bustamante, aunque cantara peor que Chenoa por ser un chico llano y no profesional, a David Bisbal por guapo y a Rosa porque prefieren una talla 46 a una 38, hay una maquinaria que se dispone a sacar partido y mantener el tono del concurso. Las giras por toda España de los alumnos de la Academia de Nina, con final en el Santiago Bernabeu, ya están programadas. Los discos apalabrados con Sony van a sonar en pocos días y la venta de vídeos se va a disparar.
No sabemos si, al final, el trío seleccionado cantará en Eurovisión a coro, Bisbal y Rosa harán un dúo o será un solista el que defenderá los colores patrios. Lo importante es que los réditos de “Operación triunfo” van a parar a los que se aprestaron a explotar un fenómeno popular que ha sorprendido por su capacidad para seducir a una audiencia que quiere vivir cantando, como diría Salomé vestida de Pertegaz hace 33 años.
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