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La recta final

Al final todo puede depender del voto negro de Cleveland y de otras dos ciudades de parecida composición.

Tal como están las cosas hoy domingo 28, es muy probable que el martes 6 de noviembre, Romney gane el voto popular y es bastante probable, pero algo menos, que Obama revalide la presidencia con una mayoría en el Colegio Electoral (270 votos o más). No es imposible que se produzca un empate (a 269 votos) y sería la House, la Cámara de Representantes (lo que nosotros llamamos Congreso de Diputados) la que lo desharía, lo que lógicamente beneficiaría a Romney, pues los republicanos son en ella mayoritarios. 

Esa anomalía se dio tres veces en el siglo XIX y se volvió a producir en el 2000, cuando Bush hijo venció a Gore, habiendo ganado el vicepresidente de Clinton el voto popular por un 0’5%. Recientes estudios llevan a la casi seguridad de que la victoria en 1960 de Kennedy sobre Nixon (que luego venció en el 68) se produjo con las mismas circunstancias, lo que sumaría 5 veces en 56 elecciones. Esta podría ser la sexta.

En los promedios de encuestas Romney lleva hoy un punto de ventaja. Eso, por supuesto, está dentro del margen de error, pero los promedios diarios abarcan los sondeos nacionales de los últimos siete y hasta diez días y han sido persistentes en casi todo el mes, a partir del primer debate del 3 de octubre. Estas medias de hasta una docena de encuestas son muy significativas, porque no se trata de que si yo como un pollo y tú nada, cada uno come medio pollo. Se trata más bien de que todas las encuestas tienen un margen de error que en unas se presenta en una dirección y en otras en la opuesta. La media puede corregir las desviaciones y ser más fiable que una individual. 

Entre las esperanzas del campo obamista estaba la publicación de los resultados económicos del tercer trimestre. Han sido positivos como antes lo fueron los de la encuesta de empleo, pero los críticos aducen que unos y otros resultan, al ser desmenuzados, bastante engañosos. En todo caso llegan demasiado tarde, pero no pueden perjudicar a Obama, y en la situación actual cualquier décima de punto cuenta, desde luego en el puñado de estados que pueden dar o quitar la mayoría en el Colegio Electoral. Esos estados que podríamos llamar dudosos (de campo de batalla o de péndulo, en la jerga electoral americana) han ido variando en número a medida que pasaban a ser "de inclinación" hacia uno u otro lado. De once se han ido reduciendo a seis y de éstos varios son ya toss-up, tan igualados que parecieran decidirse a cara o cruz. Finalmente Ohio puede ser la clave. En conjunto está escorando ligeramente hacia Romney, pero el área urbana más populosa, la de Cleveland, tiene un 30% de afroamericanos, frente a la media del estado del 12%. Si Romney sigue progresando décima a décima, al final todo puede depender del voto negro de Cleveland y de otras dos ciudades de parecida composición.

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