Menú

Ochenta horas con Federico Jiménez Losantos

Es difícil imaginar una entrevista en la que miles de personas consiguieran formular su pregunta sobre lo que les diera la gana, obtuvieran respuesta y el personaje entrevistado en cuestión saliera vivo del lance.

Libertad Digital nació el 8 de marzo del año 2000, y en el camino de su quinto aniversario se ha convertido en una referencia: casi 16 millones de páginas vistas en el mes de octubre, según la medición de la OJD, que nos convierten en el diario exclusivamente electrónico –sin hermanos de papel– más leído de España y el cuarto del mundo en español.

Desde aquel 8 de marzo Libertad Digital no ha hecho sino ganar lectores, unos concurrentes y otros discrepantes, pero seguidores al fin y al cabo. Tantas horas en la Red –internet no descansa– generan inquietud y ansias de saber qué se cuece aquí dentro, cómo es y qué piensa su editor. En las universidades enseñan que la comunicación requiere eso que llaman retroalimentación, es decir, que el receptor pueda participar en el proceso con cierta libertad, no como en Cuba. Por eso se inventaron las Cartas al Director en los diarios de papel –últimamente algunos diarios han roto sus tradicionales condiciones de brevedad para camuflar, por ejemplo, peticiones de indulto o quejas sobre la libertad de expresión–, o las tradicionales llamadas de los oyentes en radio y televisión. Sin embargo, sea por milímetros cuadrados o por décimas de segundo, enemigos clásicos –y que sólo fueran esos– de la información, nunca se ha logrado conceder al oyente-lector un papel más que simbólico. Bien es cierto que rendirse al público mermaría la calidad de la información y la posibilidad de centrar y discutir las ideas propias. Pero llegaron los foros, las bitácoras y, especialmente, los chats, o sea, los diálogos en internet en los que sólo se necesitan dos cosas: lectores ávidos de respuestas y alguien al otro lado que lo soporte... y responda. Durante más de una hora, cada miércoles, el todos contra uno tiene lugar en Libertad Digital, con Federico Jiménez Losantos al teclado de la máquina de responder.

Federico Responde es, como muchas otras empresas que acomete el autor, una atrevida novedad, un precedente. Si los libros de entrevistas están impregnados, a veces con viscosidad, por el ánimo del entrevistador, en este género pionero, idea de La Esfera de los Libros, trasciende la intención de miles de curiosos que se dan codazos virtuales para ver contestada su pregunta, apaciguada su duda y, en muchos casos, reavivada su ira. No hay algo parecido hasta la fecha que haya soportado una encuadernación digna.

A los que hemos presenciado estas sesiones de chats semanales nos consta y sorprende que se trabaja, como se presume en la tele, en vivo y en directo. Y sucede pocas horas después de que Jiménez Losantos haya cubierto media parrilla de radio en la cadena COPE –ya la segunda de España, en pleno invierno mediático–, minutos antes de escribir un artículo para El Mundo, otro para Libertad Digital y una docena de cosas más. Una pregunta, una respuesta; sin opción a arrepentirse, eludir duelos o enmendar lo escrito. Así son los chats. Y sin censura. Es decir, cortando el paso sólo a la zafiedad, la calumnia y el vandalismo, que lo hay –y mucho–. Por eso, por la claridad de las respuestas, hay quien dijo, al leer las maquetas de este libro, que es como un breviario de política, liberalismo, ideas e imágenes en las que se conoce al Federico Jiménez Losantos más espontáneo.

Federico Responde es una selección de 80 horas de conversación con los lectores, desde septiembre de 2002 hasta poco antes de salir este ejemplar al mercado –mediados de octubre–.

Como el anonimato es la mejor excusa contra los complejos –más bien para no confesarlos–, muchos internautas van al grano buscando una respuesta de recetario: ¿Qué es ser liberal?, ¿qué siente usted de verdad por Polanco?, ¿está usted al final con Aznar o contra Aznar?, ¿es usted monárquico o republicano?, ¿es verdad que militó en el PCE? Otros piden orientación porque confiesan no saber ya qué periódicos son de derechas y cuáles de izquierdas, en un interesante capítulo donde el autor revela entresijos y desmonta viejas mentiras de los medios de comunicación.

Ordenados por materias y con índices onomástico y temático, nos encontramos en Federico Responde con pedazos dramáticos de nuestra historia, como las matanzas de Manhattan y Madrid. Resulta sobrecogedor leer el chat de la víspera del 11-M, en el que los lectores pidieron a Federico un pronóstico –"por favor mójese", decían– para las elecciones generales. Horas después España sufría el peor ataque terrorista de su historia, y un vuelco electoral que ni el PSOE auguraba. Durante las semanas posteriores, el 11-M y sus ya conocidos agujeros negros inundaron los diálogos en Libertad Digital que ahora se recogen fielmente en este libro; en ellos el clamor del "quién ha sido" adquiere, desde el primer día y sin intención electoral alguna, su verdadero significado.

El lector que quiera buscarlos encontrará también análisis y discusiones en torno a la guerra de Irak y el apoyo que prestó España a EEUU. Estos diálogos llevan sin remedio a abordar otro asunto en el que el lector encontrará un intenso debate: el antiamericanismo.

Los entrevistadores anónimos de Federico Responde preguntan también por el nacionalismo, la historia de España que no se cuenta –y cómo y quién la esconde–; o por asuntos tan aparentemente dispares como la Boda Real, los fastos de El Escorial, la sucesión en el PP, el comunismo, el antisemitismo, la telebasura, los antiguos y actuales compañeros de profesión, la increíble pero cierta historia del antenicidio... y hasta recomendaciones y críticas de la literatura universal, con una exquisita parada en la novela negra.

Ya sea una petición de consejo, propuesta, reproche o acerada crítica, lo cierto es que en 253 páginas se cumple lo que, acertadamente, promete el título de este libro pionero que abre las puertas, con éxito –incluso editorial–, a un nuevo género.

Federico Jiménez Losantos, Federico responde. Los chats en Libertad Digital. La Esfera de los Libros, Madrid, 2004.

0
comentarios
Acceda a los 6 comentarios guardados