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Ignacio Cosidó

Una gran nación

Un país que ha superado de la forma en que lo ha hecho cuatro años del peor Gobierno de nuestra reciente historia democrática es capaz de todo en el futuro. No hay meta, por difícil e inalcanzable que hoy nos parezca, que no podamos alcanzar

Sólo las naciones fuertes pueden sobrevivir impunemente a los gobernantes débiles. España ha demostrado en los últimos cuatro años ser un país mucho más fuerte de lo que creían sus enemigos. Un pueblo que se ha rebelado en la calle indignado ante las indecentes cesiones de su propio Gobierno ante aquellos que más profundamente lo han herido. Una Nación que sobrevive a una política territorial impulsada por un Gobierno sometido a aquellos que no tienen otro objetivo que la independencia de sus propios territorios. Una sociedad capaz de soportar con éxito una insensata política de inmigración que ha convertido a nuestro país en el mayor receptor de inmigración ilegal del mundo. Una economía que ha sabido crear empleo y riqueza a pesar de tener un Gobierno incapaz de afrontar reforma económica alguna.
 
La fortaleza mostrada por esta gran nación que es España es una inmensa esperanza para el futuro. Un país que ha superado de la forma en que lo ha hecho cuatro años del peor Gobierno de nuestra reciente historia democrática es capaz de todo en el futuro. No hay meta, por difícil e inalcanzable que hoy nos parezca, que no podamos alcanzar. Si somos capaces de apostar por aquello que nos une en vez de lo que nos separa, si recuperamos los acuerdos sobre los que se asienta nuestra convivencia democrática en vez de ponerlos permanentemente en tela de juicio, si centramos nuestra ambición en el futuro y dejamos atrás los peores fantasmas de nuestra historia, si recuperamos una voluntad inquebrantable de vencer a los enemigos de la libertad, si unimos nuestras fuerzas a las del resto de las  grandes democracias del mundo en vez de aliarnos con patéticos dictadores que en nada nos benefician, si orillamos al Gobierno Zapatero como un triste accidente en una ya larga historia de éxito democrático, España puede volver muy pronto a situarse en la vanguardia de la libertad, del crecimiento económico y del bienestar en el mundo.
 
Es precisamente ahora que los ciudadanos empezamos a padecer en nuestra propia carne los errores de este Gobierno cuando es más importante que nunca reafirmar nuestra fe en esta gran nación que es España. Es ahora, en que las familias tenemos más dificultades que nunca para poder pagar la hipoteca de nuestra casa, que llenar el carro de la compra o el depósito del coche se ha puesto imposible y que el fantasma del paro reaparece en nuestro horizonte, cuando debemos tener la valentía para impulsar el cambio de rumbo que necesitamos como país. No es el momento para la desesperanza, para abrumarse ante las dificultades, ni siquiera para lamentarnos de los errores cometidos, sino el momento para empezar a hacer todo aquello que este Gobierno no ha hecho en los últimos cuatro años, dilapidando así la mejor herencia que ha recibido nunca un gobierno democrático.
 
Sin duda que el futuro nos depara momentos difíciles. Momentos duros causados por unos terroristas envalentonados en la mesa de negociación. Situaciones complejas para marcar los límites de la legalidad a aquellos que pretenden saltársela alegremente para lograr sus delirios soberanistas. Tiempos complicados para superar la crisis económica a la que ha conducido la plácida parálisis del vicepresidente Solbes. Trabajar firme para enderezar un sistema educativo que hace aguas por todos los niveles. Decisiones difíciles para recuperar el respeto de autócratas que se creen con derecho a insultarnos y a socavar impunemente nuestros intereses en el exterior. Pero a pesar de esos momentos difíciles tengo el convencimiento de que esta gran nación sabrá encontrar en cada momento el camino, que tenemos la fuerza suficiente para superar cada una de las pruebas a las que nos someta el mañana y que poseemos la energía, la ambición y la imaginación necesarias para construir un futuro mejor para nuestros hijos.
 
España es una gran nación que merece un Gobierno mejor. Porque junto al cúmulo de los problemas creados por Zapatero tenemos un sinfín de oportunidades que hemos abierto con el esfuerzo de muchas generaciones anteriores. España puede y debe aspirar a ser una de las grandes democracias del planeta. Nuestras empresas han demostrado que podemos y debemos estar en la vanguardia de la economía mundial. España puede ser un gran éxito mundial en la integración de nuestros inmigrantes a nuestros valores. Nuestro inmenso legado cultural puede y debe situarnos en la cabeza y no en la cola de la educación de los países desarrollados. España puede y debe ser una referencia mundial en la calidad de vida para sus ciudadanos. España es una gran nación que puede y debe seguir siéndolo. Les deseo de corazón lo mejor para 2008 a ustedes y a esta gran Nación que es España.

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