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Peor que Pearl Harbor

Muchos periódicos repiten los editoriales de sus ediciones especiales del ya histórico martes 11 de septiembre, aunque amplían sus comentarios y abren sus páginas a infinidad de artículos de opinión que comentan el más desolador ataque terrorista de la Historia.

Todos los diarios coinciden en destacar que las acciones terroristas contra Nueva York marcan un hito histórico que desborda abrumadoramente en importancia a la invasión de Kuwait o al asesinato de Kennedy. “Habría que remontarse, escribe El Mundo, al ataque japonés sobre Pearl Harbor en 1941 para encontrar un acontecimiento con un impacto similar sobre la nación estadounidense. E incluso, si cabe, la conmoción fue ayer mayor, ya que en Pearl Harbor murieron 2.500 personas y ahora se estiman que las víctimas ascienden a unas 10.000. A diferencia de lo sucedido hace 60 años, los fallecidos han sido esta vez civiles, la tragedia se ha producido en el corazón de dos grandes ciudadades y retransmitidas en directo”.

Para ABC la responsabilidad contra el terror nunca ha sido tan compartida y al mismo tiempo nunca ha hecho tan evidente la necesidad de defender políticas de fuerza y de cooperación militar contra el terrorismo y contra todos los focos de desestabilización internacional. Para ABC han fracasado las políticas de desideologización de la seguridad mundial, que se creía un producto de la Guerra Fría y un mecanismo de sumisión del Tercer Mundo. También han fracasado las actitudes de instituciones internacionales que no han servido para racionalizar y civilizar a regímenes políticos que han sido y siguen siendo amenazas graves y directas contra las democracias y la estabilidad mundial. Instituciones, que como denuncia ABC, en demasiadas ocasiones han estado lastradas por los prejuicios conbtra EE UU y, por extensión, contra los valores de libertad y democracia que este país, con sus defectos y grandes aciertos, ha encarnado en el siglo XX.

Para El País la hecatombe del martes ya no es sólo el mayor ataque padecido nunca por Estados Unidos en territorio propio, sino, sobretodo una agresión integral contra su sistema político, contra la democracia y la libertad de mercado, contra todos los que compartimos la civilización occidental. Advierte el diario que "debemos estar preparados para una respuesta contundente. España es uno de los aliados de Estados Unidos dentro del sistema atlántico de defensa y debe actuar como tal. El editorial juzga que "la precipitación en la designación de los autores es mala consejera y, además puede generar mayores injusticias".

Pero El País matiza. Los atentados demuestran una "capacidad terrorista desconocida hasta ahora y una determinación que entronca con el fanatismo más extremo", y aunque "no cabe descartar otras hipótesis", tampoco se puede "demonizar a los islamistas como un todo por el acto de unos pocos". Destaca el "tremendo fallo" de los servicios de inteligencia de EEUU, y sostiene que "para luchar contra este tipo de terrorismo, lo más eficaz es la cooperación internacional".


Para La Razón esta barbarie terrorista pone de relieve como el intento de las grandes potencias de mantener los conflictos mundiales “localizados” en una región es absolutamente vano. En el mundo, ahora, es imposible el concepto de conflicto local, porque de estas guerras “pequeñas” puede salir la chispa que incendie a las metrópolis. Este diario considera que los ataques pueden ser "el detonante de conflictos a gran escala, como pretenden sus inductores". Advierte que "es muy probable que cuando el Gobierno estadounidense tenga claro el origen de la agresión, la represalia sea inmediata y no afectará sólo de forma selectiva al grupo o grupos terroristas culpables sino que lo hará sobre cualquier nación que les dé cobijo".

Todos los periódicos coinciden en señalar al terrorista internacional Ben Laden como el principal sospechoso. Destacan sus recientes declaraciones en las que anunciaba una campaña de terror que Occidente no iba a olvidar, así como los medios y los apoyos internacionales de que dispone como la protección del Afganistán de los talibán. Nadie duda de que EE UU, una vez dilucidadas las responsabilidades, responderá con todos los medios económicos, políticos y, por supuesto, militares a la nueva barbarie genocida de los enemigos de la sociedad abierta.

En España

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