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Joan López Alegre

Si el Círculo de Economía le aplaude, Feijoó se aleja de la Moncloa

La centralidad política no es la aproximación al nacionalismo sino todo lo contrario.

La centralidad política no es la aproximación al nacionalismo sino todo lo contrario.
EFE

Feijoó puede estar satisfecho del resultado de su primera visita a Barcelona, el auditorio del Círculo de Economía le otorgo su visto bueno. En su gozo el nuevo líder del PP olvida el nulo valor que tiene para él dicho plácet, los mismos que ayer señalaban con su pulgar hacia arriba tras oir salir de su boca palabradas como "nacionalidad" o "catalanismo" para referirse a Cataluña un año antes se dejaron las manos para aplaudir a Sánchez cuando el presidente del Gobierno anunció su decisión de indultar a los políticos independentistas condenados por Tribunal Supremo.

En política las imágenes son símbolos, Feijoó se paseo ayer con Josep Piqué literalmente colgado del brazo. Olvida Feijoó que Pique, uno de los suyos para los miembros del Círculo, tampoco consiguió que el PP fuera aceptado por esa parte de Cataluña que el Círculo representa que no es otra que la oligarquía nacionalista cómplice de que Cataluña sea hoy un páramo.

Mil veces el PP ha ensayado su giro catalanista para buscar su ansiada aceptación por parte de las élites catalanas y mil veces estas, cuando el PP no les ha dado todo lo que han pedido les ha dado la espalda para, a continuación, aplaudir todos los linchamientos que el PP y sus votantes, hoy exvotantes, han sufrido en Cataluña.

De la política de Piqué y Rajoy, contemporizadores con el nacionalismo, surgió Ciudadanos, de plegarse a los designios de las elites político–económicas del independentismo catalán solo saldrá el crecimiento de Vox en Cataluña a no ser que otra opción, como Valents, ocupe el espacio político del PP y Cs.

El presidente del Círculo reclamó frente a Feijoó que los partidos se alejen del radicalismo, olvidando que su siempre protegido y bien financiado nacionalismo, es lo más radical que hay en Europa, con permiso de Sánchez y sus aliados podemitas y bilduetarras ¿O es que al hablar de radicalidad el presidente del Círculo olvida que Cataluña está gobernada por ERC y Junts con el apoyo de la CUP? La centralidad política no es la aproximación al nacionalismo sino todo lo contrario.

Cataluña es políticamente el mundo al revés, los ricos y poderosos buscan la destrucción de su país, España, y la gente sencilla y trabajadora adoran al Rey y son felices de ser españoles. Los primeros son los socios del Círculo de Economía y ocupan los despacho de poder de la Generalitat, los segundos podrían ser los votantes que llevarían a Feijoó a la Moncloa. Esos catalanes no esperan de Feijoó el compadreo con los dirigentes del Círculo de Economía si no el fin de las políticas económicas, de seguridad, educativas, lingüísticas y de vivienda que el Círculo ampara y a ellos tanto les perjudican.

Feijoó salió mejor librado de su paso por el Círculo de Economía que Casado. El ex presidente del PP mantuvo delante de los empresarios nacionalistas catalanes su oposición a los indultos y estos se lo pagaron con su desprecio, el problema de Casado no fue el rechazo del Círculo sino que cada día cambiaba de opinión y los catalanes no nacionalistas tras escucharle decir en RAC1 que él se opuso a la actuación policial el día del no referéndum del 1 de octubre de 2017 le abandonaron porque se sintieron traicionados.

El problema de los catalanes no nacionalistas, que son millones, es que los partidos que han votado tradicionalmente como el PSOE, el PP o Cs o bien les han traicionado, pactando con el nacionalismo a cambio de poder o bien les han abandonado. Por ese motivo es fundamental que surja desde Cataluña un partido que de visibilidad a los catalanes no nacionalistas, que termine con la visión exclusiva de la política catalana en televisión protagonizada por Rufián, Puigdemont o Junqueras y que evite que los partidos nacionales pacten con los independentistas a cambio de poder.

Aznar y Casado al llegar al poder en su partido intentaron combatir al nacionalismo para luego entregarse a él, Rajoy y Feijoó ni tan siquiera lo han intentado.

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