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Juan Carlos Girauta

Vuelve la policía política

Identificados públicamente por ser militantes del PP. Detenidos por ser militantes del PP. Interrogados por ser militantes del PP. No cito sus nombres para no contribuir a la agresión que han sufrido por causa de su filiación política

Por orden de un delegado del gobierno, y con el posterior aval del presidente desde su periplo fantasma, unos militantes del Partido Popular han sido moralmente linchados al hacerse públicos sus nombres en relación con falsas acusaciones de agresión. Su identificación se basa en unas fotos. Identificar en fotos o en película a manifestantes democráticos con fines de represalia política recuerda mucho a lo que se hacía en tiempos de Arias Navarro con las imágenes de los informativos de TVE cuando su responsable era el que lleva treinta años dando lecciones magistrales de democracia.
 
Identificados públicamente por ser militantes del PP. Detenidos por ser militantes del PP. Interrogados por ser militantes del PP. No cito sus nombres para no contribuir a la agresión que han sufrido por causa de su filiación política los que nunca agredieron a nadie. Todo lo contrario, una de las interrogadas y moralmente linchadas –que se manifestaba junto a las víctimas del terrorismo porque creía vivir en una democracia– fue golpeada por un escolta del ministro de Defensa. Otro escolta rompió el famoso mástil de la bandera produciendo lo que los intoxicadores gubernamentales llaman “una barra de hierro”.
 
Aprovechando que un inspector de policía se ha negado a participar en la cacería, todo podría haberse zanjado con el represivo delegado del gobierno pidiendo perdón y largándose. Y habría quedado el asunto como el abuso de un individuo deseoso de agradar a sus superiores. Pero ya no es posible. Porque ese delegado ha sido solamente una voz en el coro de Blanco y Rubalcaba. Y de la despistada Trinidad Jiménez, que ha demostrado lo mucho que le importa todo lo relacionado con las víctimas confundiendo actos y ciudades e incurriendo en un ridículo antológico. Luego ha llegado, grabada, la voz del solista, que estaba de gira: el presidente accidental.
 
No sólo llegó al poder tras inundar el país de pancartas concertadas, rencor, insultos y cristales rotos. No sólo viene ofendiendo minuciosamente a media España por razón de su fe con arbitrarias medidas y discursos caducos. Ahora atropella libertades fundamentales para seguir exprimiendo el limón de la más temeraria demagogia. Calificaron de “pequeños incidentes anecdóticos a pie de página” la agresión a Rato, Piqué y otros dirigentes y militantes populares en Barcelona el 12-M. También hay fotos, claro, pero jamás se ha investigado. Unas horas después de aquella vergüenza dieron el golpe posmoderno de los SMS. Queremos saber cuántos mensajes salieron de la sede socialista, porque si lo que denuncia Urdaci es cierto quedará en entredicho la limpieza electoral. Dicen los plumillas del imperio que están volviendo los fascistas. Bueno, es algo parecido, pero no es exacto: lo que está volviendo es la policía política del PSOE de las checas.

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