Pilar Manjón ha hecho ayer unas declaraciones en las que se felicita por el trabajo realizado, tras presentar los abogados de su asociación el escrito de acusación del 11-M.
La verdad es que no entiendo cuál es el motivo de las autofelicitaciones. De acuerdo con los datos proporcionados por la propia Pilar Manjón, su asociación tiene a un equipo de más de 20 abogados trabajando en el tema. Presentar un escrito de 195 páginas donde la práctica totalidad del material es poco más que un corta y pega de los autos, de los informes policiales y del escrito de la fiscalía no parece un trabajo precisamente hercúleo para 20 aguerridos abogados. Vamos, que tocan a 10 páginas por barba.
¿Estará en el contenido de esas 195 páginas la miga del asunto? Pues, después de leerlo, tampoco. Porque esos 20 abogados no sólo no son capaces de aclararnos ninguna de las incógnitas existentes, sino que además cometen algunos errores bastante absurdos, como por ejemplo ignorar (al hablar de la ruta de comercialización de las supuestas tarjetas de las bombas) que hay tarjetas que no forman parte de los lotes que inicialmente nos presentaron. O como por ejemplo decir que en una tienda de la C/ Caravaca se compraron las bolsas de las trece bombas, ignorando que la única supuesta bomba que sabemos que estaba en una bolsa es la de la mochila de Vallecas; la que los Tedax detonaron en Atocha estaba en una mochila de colegial y la que detonaron en El Pozo estaba en una mochila de tipo macuto. O como por ejemplo, hablarnos de nuevo del fax que los presuntos suicidas de Leganés enviaron el 3/4/2004 al diario ABC, sin explicarnos cómo pudieron enviar ese fax si estaban rodeados en una casa que no tenía fax.
Pero lo verdaderamente sorprendente es el tratamiento dado en el escrito al tema de la casa de Morata. Toda la primera parte del escrito de acusación trata de convencernos de que los atentados fueron cometidos por células vinculadas a Al Qaeda, como consecuencia de la Guerra de Irak. Sin embargo, en la página 18 del escrito, al hablar de la casa de Morata donde supuestamente se montaron las bombas, los abogados de la asociación de Manjón pasan de puntillas sobre el tema y se olvidan de mencionar siquiera que el dueño de la casa de Morata es un miembro convicto de Al Qaeda, que fue juzgado y condenado como miembro de la célula dirigida por Abu Dahdah.
Hace algo más de un año, Pilar Manjón asistió a alguna de las sesiones del juicio contra la célula de Abu Dahdah y, con ocasión de esa vista, realizó unas polémicas declaraciones en las que afirmaba que el juez Del Olmo tenía muy claro que el autor intelectual del 11-M era Abu Dahdah. Pues no sabemos si el juez Del Olmo lo tendría muy claro, pero parece que quienes no lo tienen claro son los abogados de doña Pilar Manjón: la casa de Morata pertenecía a un miembro de Al Qaeda (organización, según ellos, responsable de los atentados) y, sin embargo, ni siquiera mencionan a ese miembro de Al Qaeda en el escrito de acusación. No sólo eso: ni siquiera piden que declaren como testigos en el juicio los dos intermediarios sirios que participaron en el alquiler de la casa, a pesar de que uno de esos intermediarios se reunió con Abu Dahdah cinco días antes del 11-M.
No entiendo nada. ¿Sería usted tan amable, doña Pilar, de contestarnos a las siguientes preguntas?
Todas las preguntas se resumen en una: si usted sostiene que quien asesinó a 192 personas fue Al Qaeda, ¿por qué renuncia usted a perseguir a aquellos implicados en la trama que tienen una conexión más directa con Al Qaeda?
¿Era o no Abu Dahdah el autor intelectual de los atentados, doña Pilar?