Confirmado ya el procesamiento de cuatro mandos policiales por mutilar un informe pericial antes de enviárselo al juez Del Olmo, demuestra hoy El Mundo, documentalmente, una nueva manipulación de diligencias dentro del sumario del 11-M.
Esta vez, la labor censora no iba dirigida a eliminar referencias a ETA, sino a ocultarle a Del Olmo que Suárez Trashorras y Jamal Ahmidan fueron investigados cinco días antes de los atentados por la Guardia Civil.
De nuevo el típex, aunque esta vez en formato digital: para eliminar esas referencias, se volvió a tomar declaración a una testigo, alegando que había habido "un problema informático" y eliminando de esa declaración los párrafos comprometidos.
¿Cuántos más párrafos han sido eliminados en los informes, en las diligencias, en las pericias, en las declaraciones, antes de que esos párrafos llegaran a la mesa de Del Olmo? ¿Hasta dónde ha llegado el poder aniquilador del típex dentro de las supuestas investigaciones de la masacre? ¿En qué se han basado para creerse con derecho a ocultar datos sobre las investigaciones al juez y, sobre todo, a las víctimas?
Que nos han mentido, ya no admite ninguna duda. La deriva judicial lo confirma. Que manipularon el sumario, es ya un hecho. La pregunta que nos queda por responder ahora es: ¿hasta dónde llegaron esas manipulaciones?
O, si quieren, la enuncio de otro modo: ¿en qué no nos han mentido?
P.D.: Como lo prometido es deuda, he aquí (por fin) los horarios de los trenes escaneados: Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4.