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Luis Espinosa Goded

Entre la prosperidad y el comunismo: Ecuador vs. Perú

Lasso está generando confianza; en cambio, desde la victoria de Castillo, Perú ha visto cómo se le 'esfumaban' 16.000 millones de dólares.

Lasso está generando confianza; en cambio, desde la victoria de Castillo, Perú ha visto cómo se le 'esfumaban' 16.000 millones de dólares.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso. | EFE

Este año se han decidido elecciones por muy poco margen en dos países vecinos. En Perú, el izquierdista Pedro Castillo ha ganado con un ajustadísimo y disputadísimo 50,1% de los votos en segunda vuelta, frente al 49,8% cosechado por Keiko Fujimori, mientras que en Ecuador ganó el liberal-conservador Guillermo Lasso con un 52% frente al 47% del candidato del correísmo-chavismo-socialismo del siglo XXI, Andrés Arauz.

En ese porcentaje mínimo de votos que determina el resultado va la diferencia entre que un país siga un modelo de libre mercado o uno de socialismo del siglo XXI, o lo que es lo mismo, entre que un país pueda prosperar en el largo plazo o no.

Las reacciones de las dos economías durante los días siguientes a las elecciones no pudieron ser más diferentes. Así, tenemos que el ecuatoriano ha sido el bono de deuda pública que más ha mejorado en todo el mundo este 2021, un 28%, lo que demuestra la confianza que ha producido entre los inversores internacionales el nuevo Gobierno, sobre todo tras haber sido capaz de implementar un plan de vacunación en alianza con las empresas privadas que ha supuesto que Ecuador fuera el país del mundo que más personas vacunaba por día, llegando a un 2% de la población; mientras que Perú se mantiene en el 0,5% (España sigue en el entorno del 1%). Evidentemente, hay mucha menos confianza en Perú, a pesar del nombramiento por parte de Castillo de un ministro de Economía en teoría amigable con los mercados: su bono ha batido un récord negativo al sufrir la décima mayor caída de la historia en un día.

El valor del sol, la moneda peruana, con tendencia a la baja desde la primera vuelta de abril, experimentó la mayor caída en un día en siete años cuando Castillo anunció su Gabinete. Ecuador es una economía dolarizada, por lo que no hay tipo de cambio para comparar, pero sí se puede medir en las reservas internacionales, que se han mantenido estables, mientras que en Perú, desde la victoria de Castillo, ha habido una salida de 16.000 millones de dólares.

Aunque estos sean los cambios de las últimas semanas, paradójicamente estos dos países vecinos han seguido modelos completamente opuestos en los últimos años.

Ecuador lleva bajo el socialismo del siglo XXI desde el ascenso de Rafael Correa, en 2007, mientras que en Perú había un cierto capitalismo mercantilista desde el Fujimorismo de los 90. Ambos carecen de instituciones fuertes, pero mientras que en Ecuador se afianzó un modelo presidencialista con la figura de Rafael Correa como el eje central de la política en estos 15 años, en Perú se han turnado en ese mismo periodo siete presidentes, todos con problemas en el Congreso y en los tribunales de justicia.

En el índice Hacer Negocios, Ecuador está ahora en el puesto 129, y ha llegado a estar en el 139 (en 2014), mientras que Perú está en el puesto 76 pero alcanzó el 35 (en 2015). Esta facilidad para atraer capital y generar empleo ha provocado que desde el año 2010 Perú supere a Ecuador en PIB per cápita, 7.027 dólares frente a 6.222 en 2019, una diferencia que podría parecer pequeña pero que no lo es en absoluto –un 13%–, sobre todo para los que, partiendo desde más abajo, han visto mejorar más su calidad de vida.

Muy importante: el modelo de crecimiento de Perú se ha basado en la inversión y la empresa privados, mientras que el de Ecuador ha dependido del gasto público. Así, mientras que Perú apenas tiene un 27% de deuda pública sobre el PIB, en Ecuador esa cifra es más del doble, lo que lastra su crecimiento.

Aún es pronto para saber qué sucederá en ambos países, pues sus presidentes han de lidiar con Congresos donde sus partidos tieecuanen representaciones no muy destacadas o directamente exiguas (el Perú Libre de Castillo cuenta con 37 escaños de 130, y el CREO de Lasso, 12 de 137), por lo que les será muy difícil aprobar reformas de calado, y hasta es posible que la mera permanencia en el poder.

Sea como fuere, de las decisiones que se tomen en sus mandatos dependerá la economía de Ecuador y Perú en estos años y en el futuro, ya que los tiempos políticos son distintos de los económicos. Ambos países aún arrastran la inercia de los modelos que se han implementado por más de una década, y es posible que los resultados de sus acciones, para bien (pro libre mercado) o para mal (más socialismo del siglo XXI), excedan sus periodos presidenciales.


Luis Espinosa Goded, profesor de Economía en la Universidad San Francisco de Quito (Ecuador).

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