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Pablo Montesinos

Rajoy dijo basta

A estas alturas da igual que el problema provenga de Grecia, pues afecta en primera persona a los españoles. El viernes, los mercados dieron un respiro, pero Rajoy espera turbulencias venideras. Entre medias, los líos de comunicación que no cesan .

Querida Ketty:

Ocurrió esta semana política, tal vez una de las más intensas desde que los míos tomaran el timón del barco, que el Gobierno se paró en seco y dijo "hemos hecho todo lo que teníamos que hacer". Pero, pese a ello, la prima de riesgo sobrepasó la barrera psicológica de los 500 puntos –una línea roja que para otros supuso la intervención por parte de Bruselas– y el agujero de la banca patria se hacía más grande si cabe en un parqué teñido de rojo y con Bankia perdiendo hasta un 29%.

En plena tormenta perfecta, en medio de una época de ciclones sin cesar, el capitán Rajoy dijo basta. En los cinco meses de Gobierno se han tomado las decisiones económicas más duras y difíciles de la democracia, en voz de los populares. Una profunda reforma del modelo laboral, un saneamiento del sistema financiero por partida doble... se han tocado áreas tan sensibles como Educación y Sanidad recortando 10.000 millones de euros y, tras muy tensas negociaciones, se ha metido en cintura a las Comunidades, al menos sobre el papel. Pero los mercados siguen castigando con tal virulencia que el Gobierno admite en privado que un país no puede aguantar durante muchos días más un ataque tan feroz.

Hablar hoy con los míos preocupa, y mucho. Da escalofríos. Aunque el presidente quiera impregnar sus alocuciones de un halo de tranquilidad, incidiendo en la pedagogía para que los españoles entiendan por qué hay que seguir remando. Pese a que mantenga sus costumbres de antaño y siga haciendo ese deporte matinal que, en su opinión, le permite tener la mente al 100% para no dejarse llevar por la imposición del momento y pueda tomar las decisiones en frío.

El presidente cree que hace lo correcto, y los suyos le creen. Nadie ha hecho tanto en tan poco tiempo, se dicen. Por eso, los míos aseguran que la pelota ya no está tanto en el tejado de España, aunque haya que seguir trabajando. Si Bruselas quiere impedir el efecto dominó tienen que ser sus instituciones las que den un golpe seco en la mesa, afirman en Moncloa. Lo ideal sería que el Banco Central volviera a inyectar liquidez y comprara deuda. "Tiene que volver a fluir la deuda", repiten sin cesar en el equipo económico. El Gobierno se compromete a cumplir con su parte del trato; ese que Rajoy adquirió con la UE cuando acudió por primera vez al corazón comunitario y dijo ser conocedor de la tutela real que sufre el país por los desmanes de los tuyos.

A tu Rubalcaba Rajoy le dijo este miércoles que sabe lo que está sufriendo la gente. Que vive pegado a la realidad. Un día después, una inmigrante desesperada, sin poder remitir el llanto, se le acercó para contarle su particular drama. Casi a la misma hora, una transeúnte, una madrileña más, acudía al ministro Montoro para preguntarle si tenía que guardar sus ahorros debajo del colchón porque no podía perder lo ganado durante tantos años de trabajo. Esta escena se repite con insistencia, por ejemplo en los grandes mítines que los miembros del Ejecutivo tienen cada fin de semana. "Hacer todo lo que tengáis que hacer pero hacerlo, porque no podemos más", se le requirió recientemente al jefe.

"¿Qué le puedes decir a alguien que sufre tantísimo? Tenemos la obligación moral de dejarnos la piel en intentar sacar el país adelante", reflexionaba un ministro en conversación informal. A estas alturas da igual que el problema provenga de Grecia, pues afecta en primera persona a los españoles. El viernes, los mercados dieron un respiro, pero Rajoy espera turbulencias venideras. Entre medias, los líos de comunicación que no cesan y que tanto gustan a los tuyos. Por cierto, te mando un recado del PP para tu amigo Alfredo: "Menos pregonar diálogo y consenso y más arrimar el hombro". Pues eso.

Un beso

Pablo

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