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Pedro de Tena

Vainica Doble, 'Borgen' y los electorados españoles

Ah, sí, claro, a las urnas el próximo 20 de diciembre. Perdonen. ¿Funerarias?

Ya nos queda sólo la música, la asombrosamente original música de Vainica Doble. Hay algo en ese pop anómalo que nos resulta hermoso e inquietante. Cuando las he vuelto a escuchar este fin de semana he reparado en lo poco que este país admira y valora a quienes pegan un pellizco a la realidad y la transmutan en maravilla y sorpresa. Benditas sean por habernos embellecido algunas horas. He tomado una de sus letras y me sirven de pie bien quebrado para una melodía por escrito sobre el electorado, el decepcionado electorado español. En su "Requiem por un amigo", una lírica de la decepción, cantaban: "Metarmofosis curiosa/ metamorfosis extraña/ del que nace mariposa/ y se convierte en araña.../ Vengo a dejar testimonio/ de tu falta de coraje/ vendiste tu alma al demonio/ por ser un gran personaje./ Te erigiste un monumento/ de plástico y cartón piedra/ y te enredaste en la hiedra/ del fuste y del fundamento". El electorado español, mejor dicho, los electorados españoles sin excepción sienten hoy la congoja del desengaño y la desesperanza.

El del PP, sabe ya que sus amigos no han estado a la altura de las circunstancias,, salvo en la economía y no del todo, y que sus bajuras han sido demoledoras y desencantantes, si es que han ilusionado alguna vez. El electorado del PSOE ha visto con claridad que en Ferraz hay un pollo sin cabeza que ha perdido un tornillo y España. El de la izquierda extrema comunista que sigue sin pedir perdón a nadie a pesar de la historia, ve que a Pablo Iglesias se le ha pinchado definitivamente una rueda y que la otra mitad, o la cuarta parte, es un politburó que vaga por su gulag sin salida. El electorado central y centrado, el único activo que todavía siente emoción por un cambio, pasa del blanco al negro y del calor al frío con un Rivera que pone una vela a Dios en Cataluña y otra al diablo en Andalucía para que le vote todo el mundo mundial sin reparar en que puede achicharrarse en el purgatorio camino del infierno sin haber pasado por el paraíso. Hay otros electorados, pero están en éstos y no hay sitio para más. O eso parece.

Y en esto va y se puso de moda la serie Borgen, "castillo" en danés y asimilado a palacio del gobierno. Incluso hay quien la ha recomendado como verbigracia de lo que ha de venir. He de confesar que no la había visto pero ha sido tanta la insistencia de los liderchips que me he dicho bueno, venga, vamos a ver un ejemplo de una buena política de cambio, ilusión y reforma en la víspera preelectoral. Me he tragado dos temporadas y he deglutido a la lideresa moderada de un partido mediano (tómese nota de la semejanza con alguno emergente), que impide el gobierno de la lista más votada, la laborista (la liberalconservadora también tenía más votos y escaños) y le arrebata la presidencia del gobierno en coalición con los verdes y el beneplácito del Podemos danés. ¿Y qué pasa en la serie? Pues que exhibe cómo un complejo político-periodístico lo manipula todo con tal de mantener a una presidenta en el poder, hasta la propia familia. Por ejemplo, se le da una autopista a una facción laborista para salvar sus votos; no se hace dimitir a un ministro que espiaba a la oposición; se encarga desde la presidencia del gobierno una operación sucia contra un ministro del gobierno para ablandarlo o se deciden retiradas de Afganistán sin tener ni idea de qué es lo que se juega. Etcétera.

Dicho de otro modo, maquiavelismo, refinado eso sí, donde los ciudadanos del pueblo danés, folk o vaelgerne, ni están ni se les espera. Sólo hay élites para las que los principios éticos y políticos son los de Groucho Marx. Si este es el cambio que se nos propone, volvamos con la melancolía de la desesperanza a Vainica Doble, que en paz descansen, y cantemos con ellas: "... y bajo mis pies/ un metro cuadrado/ de mi propia tierra,/ hasta el fondo adentrado,/ para que me entierren/ bajo la maleza". Ah, sí, claro, a las urnas el próximo 20 de diciembre. Perdonen. ¿Funerarias?

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