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Presente y pasado

De la caza y la recolección

SIMPLICIO.- Pero Felicio, no dices más que memeces. ¿Acaso las mujeres no trabajaban más que los hombres? Atendían las faenas del hogar, del campo, sin límite de horario, y por las noches apenas podían dormir atendiendo a los niños pequeños; además, ya la fuerza física no es nada importante porque ya casi no hay guerras. Ya el hombre no es el único protagonista de la sociedad y las mujeres acceden legítimamente a la formación académica, a la vida laboral y la política. ¿No te gusta? Pues te jodes.

FELICIO.- Complejicio, ¿qué gansadas salen de tus protuberantes labios? El derecho a la estulticia es el más fundamental de todos los derechos, lo admito; sin él, ¿qué sería de nosotros? Pero como todos los derechos, no hay que abusar de ellos, y tú abusas, tú te excedes, tú estulteas más de la cuenta. La mujer vivía muy bien, en general. Si era de clase alta no trabajaba y si era de clase baja solía trabajar en la casa, ¿Una jornada más larga? Puede ser, pero más tranquila, la organizaba a su manera, sin ningún jefe que le diera órdenes ni le exigiera una cantidad de trabajo por hora. Y el dinero que ganaba el marido lo administraba ella la mayor parte de las veces. ¿O acaso tu madre trabajaba en otros oficios antiguos y todavía menos laboriosos? Y los niños, pues ¿qué culpa tenemos de que la Sapientísima los haya encomendado más a las madres que a los padres? Y ahí tengo otro motivo de loa al feminismo: eso de "nosotras parimos, nosotras decidimos" me parece espléndido. Significa que por primera vez, en lugar de pasarte a ti parte de la carga de los críos, aceptan libre y voluntariamente, sea abortarlos, sea encargarse en exclusiva de ellos. ¿Qué más se puede pedir? Por eso no me extraña que la mayoría de ellas prefiera no tener hijos. Si yo tuviera que parir, me negaría en redondo, así que me parece muy encomiable e igualitario que ellas hagan lo mismo… Todos somos más libres y felices. Además, esa vida académica, laboral y política que dices, la han inventado y desarrollado los tíos, y me parece muy bien que las mozas entren a saco en ella, si quieren, hay que ser generosos. Ahora bien, no niego que las féminas necesitan hombres como tú, que las comprendan, las protejan del machismo y las animen a emanciparse. Haz el favor de mantenerte sano para cumplir con tan bella misión.

SIMPLICIO.- Pese a tu detestable acritud, ¡oh Felicio!, algo en tus palabras me ha hecho reflexionar. Estas malditas y retrógradas diferencias entre hombres y mujeres, que persisten, no sé hasta cuándo… ¿No crees que vienen de la primitiva división de tareas entre los sexos? Los hombres se dedicaron a la caza, las mujeres a la recolección y a criar los niños… Los hombres, claro, se quedaron con la mejor parte, con lo más divertido, y de ahí que desarrollaran más los músculos, la agresividad y la correspondiente vida académica... Y ahí está la raíz de todas esas injustas diferencias posteriores.

MAURICIO.- Vamos a ver, Simplicio, ¿quién obligaba a las mujeres a quedarse con la peor parte? Además, la caza no eran tan sencilla y divertida, tenía sus riesgos. Las chicas podían ir por ahí tranquilamente en busca de frutas y raíces silvestres, charlando entre ellas, escuchando a los pajarillos y mirando las florecillas, era un trabajo agradable y entretenido. Pero la caza exigía mucha más atención, mucha más concentración. Por ejemplo, imagina que te encuentras de pronto, y sin refugio posible, con un mamut…

PATRICIO.- O con un tiranosaurio rex… O con un trilobites gigante…

MAURICIO.- Eso es, y no tienes adónde escapar, y si echas a correr la fiera te alcanza en un abrir y cerrar de ojos, y te ensarta en los colmillos o lo que sea. ¿Qué harías?

SIMPLICIO.- No se me ocurre nada, la verdad.

FABRICIO.- Los expertos aconsejan, en esos casos, quedarse quieto como una estaca. El animal se desconcierta, se te acerca, te mira, te olfatea, y cuando se cansa da la vuelta para irse. En ese momento, lo más útil y sensato es saltarle a la chepa --perdón, Fabricio-- y agarrarse con manos y pies al pelo, a los cuernos o a lo que sea. La fiera corre como un demonio, se encabrita, da brincos, pero tú no te despegas a ella, porque sabes que te va la vida. Por fin, el tiranosaurio o lo que sea cae exhausto, sin fuerzas, lo más fácil es que le dé un infarto. En ese momento te apeas de él, corres hasta la aldea más próxima, y ya está: carne para todo el mundo durante una semana.

SIMPLICIO.-Reconozco que yo no tendría sangre fría para tanto…

FELICIO.- Pero como, además, a la gente le gusta la carne, los pobres cazadores se verían obligados a pasarse la vida correteando de aquí para allá en busca de presas, en jornadas agotadoras, a menudo para no conseguir nada y que luego, a la vuelta al hogar, las mujeres se enfurruñaran y les negaran sus favores. Siempre ha sido así.

SIMPLICIO.- Pero yo he leído, Felicio, que en realidad los cazadores se repartían la carne entre ellos y no dejaban casi nada para las mujeres y los niños.

FABRICIO.- ¡Bah, bah! Paparruchas. ¿Estaban allí para verlo los que dicen eso? Además, ¿acaso los hombres no trabajaban y se sacrificaban por la mujer y los niños? ¿No han seguido haciéndolo hasta hace nada, como explicaba Felicio?

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****Blog La discusión en el blog suele tener buen nivel, a veces francamente alto pero, no sé por qué, muchos necesitan acompañar sus razonamientos o datos con insultos, desplantes o insolencias. Todo eso es pura ganga, puro ruido y farfolla, no entiendo cómo le tienen tal afición unas personas que demuestran ser inteligentes y documentadas. No hace falta emplear un tono educado, versallesco ni complaciente, basta con evitar esos modos. Al lector normal le aburren y le quitan las ganas de seguir leyendo. Ya se ha advertido que, sintiéndolo mucho, serán borrados los mensajes que tengan tales adornos, aunque el resto del contenido sea interesante.

**Las pensiones son un asunto importantísimo, pro no un trabajo para un círculo de difusión, a menos que este se encuentre ya muy asentado en una ciudad y con capacidad para organizar una conferencia o una mesa redonda. Tampoco hace falta ponerse de acuerdo en grandes principios generales o doctrinales. Basta con difundir artículos y comentarios interesantes que aparecen el LD o en Intereconomía, por ejemplo, ampliando al máximo la audiencia de estos. Pues estos son hoy los principales reductos de oposición.

** "Cuando planteo con ellos algún debate sobre los separatismos procuro no caer en la trampa argumental del españolismo pero siempre me encuentro con frases del tipo " si ellos quieren separarse no tenemos porqué provocar enfrentamientos", que me sulfuran y desmontan". ¿No vale nada la nación española? ¿Hay que dejar que la destrocen? ¿No dice la Constitución que todo español tiene el derecho y el deber de defenderla? Esa actitud es pasiva para España yla democracia, y activa a favor de sus enemigos, una ayuda real a los separatistas. Si alguien viola a tu hija, es mejor dejarle, para no provocar enfrentamientos. Si un matón amenaza, lo mismo. Si unos sujetos quieren destruir una obra cultural y política de siglos, ¿por qué no dejarles? Es el mejor modo de fomentar el matonismo. Como el mejor modo de fomentar el terrorismo es ceder a su chantaje, y los separatismos, directa o indirectamente, van ligados al terrorismo.

Las autonomías vasca y catalana fueron ratificadas en referéndum el 25 de octubre de 1979, y las dos mostraron tendencias similares. La abstención superó ligeramente el 40%, bastante más que en las elecciones generales de marzo, ya de por sí alta e indicio de un considerable desinterés público. De quienes votaron, dio el sí un 90% en Vascongadas y un 88% en Cataluña, lo que suponía una mayoría muy leve, entre el 53 y el 54% del cuerpo electoral (por comparación, la Constitución había sido aprobada por el 59%, y la Ley de Reforma política de Torcuato superó el 73%). El referéndum autonómico gallego, el año siguiente, arrojaría datos mucho peores: la abstención rozó el 73%, con un aprobado de solo un 22% sobre el censo electoral; el andaluz, en 1981, fue algo mejor, sin salir de flojo: abstención de casi el 46%, y aprobación por algo menos del 50% del censo. Como en el caso de la Constitución, los resultados chocan más ante la apabullante propaganda pro autonómica de todos los partidos algo influyentes.

Puede resaltarse del caso vasco el aumento del separatismo abierto, según las encuestas: muy bajo un año después de Franco, se había duplicado hasta el 21%, y desde entonces ha seguido así. Un 41% se declaraba autonomista, aunque el PNV miraba la autonomía como una etapa hacia la secesión. En Cataluña, solo el 10% se proclamaba secesionista frente a un 55% autonomista.

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