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Los sucesivos gobiernos de Aznar no han hecho más que cosechar éxitos en la lucha antiterrorista, unos éxitos policiales que se han visto apoyados por unas reformas legales cuyos puntos culminantes han sido, en el ámbito penal, el endurecimiento de las penas para los delitos de terrorismo, con penas de hasta 40 años de prisión real en la actualidad, y en el constitucional o contencioso-administrativo, la Ley Orgánica de Partidos Políticos, una Ley con la que se ha ilegalizado y dejado fuera de funcionamiento a Batasuna y sus sucedáneos (excepto en el Parlamento Vasco, que se niega a cumplir la sentencia del Tribunal Supremo). Así, la lucha contra el terrorismo, un éxito de Aznar y su equipo, espero que no se vea afectada por el resultado de las urnas de este 13 de marzo.
 
Porque el futuro Gobierno tiene el camino ya iniciado, un camino de enfrentamiento contra el terrorismo que, a la larga, es el único posible. ¿Tendrá ZP que hablar con los dirigentes de ETA para, emulando a Carod –su aliado catalán-, solicitar una tregua a ETA? Espero que no. No, no es posible negociar. Negociar con los terroristas ya es ceder. Estados Unidos, en el plano internacional, es un ejemplo a seguir: ¿Bush está negociando con Bin Laden? No, claro que no. Pero eso, en una sociedad como la americana, ni se pregunta. En España, en cambio, hay quienes, como el PNV, hablan ya de acercar posiciones, de tender puentes al diálogo. Recordemos. Cada vez que hay una reforma antiterrorista, ¿cuál es el partido político que se muestra en contra, por cualquier razón?, ¿cuál es el partido político que recurrió ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos la Ley de Partidos Políticos y la ilegalización de Batasuna? En cualquiera de los casos, el PNV. Equidistante siempre. Y mejor no entrar en la posible influencia de los atentados del 11-M en los resultados electorales.
 
Ahora, que el Parlamento Vasco está debatiendo el Plan Ibarretxe –el Tribunal Constitucional todavía no ha contestado sobre su posible inconstitucionalidad-y que ETA se permite saludar al nuevo Gobierno que presumiblemente saldrá de las urnas de las pasadas elecciones, es cuando Zapatero tiene que dar su primeros pasos, elegir entre la vía iniciada por el Partido Popular de luchar contra el terrorismo o por la más complaciente del PNV o de sus aliados en Cataluña. Pero no parece que se hay escogido el camino de la firmeza, y ya se empieza a hablar de una posible reforma estatutaria. Veremos lo que nos depara el futuro, pero el presente no presagia nada bueno.

En España

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