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Susana Criado

Telefónica se hunde

Los ocho millones de españoles que han colocado sus ahorros en Bolsa tienen un monumental enfado. No es para menos si tenemos en cuenta que el Ibex-35 se ha desplomado hasta niveles no vistos desde octubre de 1998 arrastrado por extrema debilidad de Telefónica, uno de los valores más recomendados por los analistas. Aunque muchos de ellos dicen que la reacción del mercado es exagerada e irracional, lo cierto es que hay motivos más que suficientes para explicar el mal momento de las bolsas y, sobre todo, de los sectores de tecnología y de telecomunicaciones.

Telefónica, su filial de móviles y el resto de las operadoras europeas adolecen de un mal común: su elevado endeudamiento y la dificultad que tienen para rentabilizar las gigantescas inversiones realizadas en épocas de vacas gordas. Apostaron fuerte por la tecnología UMTS y ahora no saben ni cuándo se pondrá en marcha ni cuando podrán obtener beneficios derivados de esa tecnología. Al mismo tiempo, se encuentran con que el mercado de móviles está saturado, que ha aumentado la competencia y que se ha desatado una guerra de precios destinada a arañarle al contrario hasta el último cliente. El resultado es que venden menos y que, por lo tanto, sus ingresos y beneficios son menores.

Es por ello por lo que el mercado castiga a estas compañías que hace poco más de un año nos prometían el oro y el moro en rentabilidades, en inversiones y en servicios a través del móvil. En el caso de la operadora española tenemos además su alta exposición a Latinoamérica y el anuncio por parte de su filial de móviles de que seguirá con su proyecto para hacerse con la mayoría de su filial brasileña, todo un riesgo con los tiempos que corren. El resultado lo vemos cada día en las pantallas de bolsa. Telefónica ha perdido este año un 37% hasta los 10,86 euros y su filial de móviles un 48% . El resto de operadoras europeas caen lo mismo o más: Deutsche Telecom un 52%, France Telecom un 68% y KPN un 82%.

En el caso de la tecnología sucede más de lo mismo. Las inversiones realizadas en el sector fueron tremendas y ahora vemos que una menor demanda de estos productos derivada, entre otras cosas, por la menor actividad económica a nivel mundial echa por tierra sus previsiones. Todas estas empresas desde Marconi a Alcatel, pasando por Terra, Motorola o Ericsson han anunciado recientemente que no alcanzarán los beneficios previstos para este año, que sus ventas serán inferiores a lo estimado y, en muchos casos, que tendrán que acometer recortes de plantilla y congelar inversiones con el fin de reducir costes.

Al negro panorama que dibujan las empresas hemos de añadir los malos datos macroeconómicos. El último susto nos lo llevamos con el paro de agosto en Estados Unidos que se dispara hasta el 4,9%, el nivel más alto de los cuatro últimos años. Los mercados temen que un repunte del desempleo provoque un descenso en el consumo, el principal motor de la economía de Estados Unidos.

Esta es la película bursátil de la semana; una película de desengaños, mentiras y final ¿previsto?

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