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Thomas Sowell

Mitos sobre la riqueza americana

Entre los países comparables a Estados Unidos en tamaño o población, ninguno ha alcanzado una producción per cápita tan elevada. New Jersey produce más que Egipto. California produce más que Canadá o México.

Para los que en la política y en los medios americanos se mueren por usar la palabra "recesión", el hecho de que por segundo trimestre consecutivo no haya habido desplome, sino un crecimiento lento de la economía, tiene que haber sido una amarga decepción. Estos alarmistas se han limitado a citar a otros como ellos a la hora de hablar de la presuntamente inminente recesión que todavía no se ha hecho realidad.

La definición de "recesión" es muy clara y sencilla: dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. Todavía no hemos tenido siquiera un trimestre así. Sin embargo, las brigadas inquisitoriales de los críticos de la economía y la sociedad americanas se encuentran entre las razones de que se hable tanto sobre cómo deberíamos hacer las cosas tal y como se están haciendo en Europa. Antes de imitar a Europa, deberíamos empezar entendiendo América.

La economía norteamericana tiene la producción más elevada del mundo (más que las de Japón, Alemania y Gran Bretaña juntas). Medida en poder adquisitivo, la producción per cápita en Estados Unidos es la más elevada entre los países grandes. Existen algunos lugares muy pequeños como Luxemburgo o las Islas Caimán con mayor poder adquisitivo per cápita, pero como dice el presidente de la Universidad de Harvard, el profesor Benjamin M. Friedman, lugares como Luxemburgo son "técnicamente países, pero en realidad se parecen más a grandes urbanizaciones". La población total de Luxemburgo es aproximadamente la misma que la de la localidad de Long Beach en California. La plantilla de Wal-Mart es mayor que la población total de Luxemburgo. Algunos otros lugares pequeños como las Islas Caimán son paraísos fiscales que atraen la riqueza de personas que en realidad no son de allí. Entre los países comparables a Estados Unidos en tamaño o población, ninguno ha alcanzado una producción per cápita tan elevada. New Jersey produce más que Egipto. California produce más que Canadá o México.

Los esfuerzos desesperados por retratar toda la prosperidad y el progreso en Estados Unidos como algo monopolizado por "los ricos" han conducido a todo tipo de artefactos estadísticos, como por ejemplo comparar la proporción de personas que hay dentro de categorías estadísticas a lo largo del tiempo ignorando el hecho de que la mayor parte de la gente situada dentro de ellas en realidad ha pasado de una categoría a otra.

Los estudios que siguen a un individuo determinado a lo largo del tiempo demuestran justo lo contrario de lo que se dice en política y en los medios de referencia. Lo que estas investigaciones señalan es que la mayor parte de los trabajadores situados en 20% más pobre asciende hasta situarse en el 50% más rico. Además, el ritmo de incremento de sus ingresos supera el de la mayoría de las personas que se encuentran en el 20% más rico. De hecho, a lo largo del tiempo el 1% más rico registra una reducción de sus ingresos en términos absolutos. Según abandonan el 1% de cabeza, son reemplazados por otros, de manera que las categorías estadísticas pueden permanecer inalteradas a pesar de que las personas de carne y hueso que entran y salen de ellas no están mejorando en absoluto a costa de aquellos por debajo de ellas en la distribución de ingresos.

Nada de esto es difícil de entender, pero la mayor parte de los que trabajan en política, en los medios y en los círculos académicos sigue insistiendo en utilizar estadísticas basadas en la situación de categorías abstractas a lo largo del tiempo –hogares, familias, horquillas de renta– aunque existen otras estadísticas disponibles, basadas en las trayectorias de individuos particulares.

Los hogares y las familias varían de tamaño de un grupo a otro y en general descienden de tamaño a lo largo del tiempo, pero un individuo siempre significa una persona. Los ingresos por hogar o por familia pueden permanecer estancados, o incluso descender, mientras que los ingresos de cada uno de sus miembros aumentan. En realidad, así ha ocurrido de forma regular en las últimas décadas. Tal vez este sea el motivo de que los que se dedican a negar la realidad citen constantemente estadísticas de ingresos por hogar o por familia, al tiempo que ignoran las estadísticas referentes a renta individual.

En medio del ataque generalizado al desarrollo de la economía norteamericana, no es en absoluto sorprendente que muchas personas piensen que deberíamos imitar lo que los europeos están haciendo en economía, en política exterior y en otras áreas. Siempre podemos aprender cosas concretas de otros países, ya sea Europa, Asia o cualquier otro lugar. Pero imitar a Europa cuando los europeos no se encuentran en una situación tan buena como los americanos no tiene el menor sentido.

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