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Charles Krauthammer

Obama se queda sin combustible

Hace unos días afirmó que si los americanos inflaran correctamente sus neumáticos y los revisaran regularmente, "nos podríamos ahorrar todo el petróleo que se dice podríamos obtener perforando".

Veamos: desplome inmobiliario, recesión crediticia, crisis petrolera no vista desde los años 70... La economía se está desacelerando, el paro crece y sube la inflación. Es el sexto año de una guerra muy antipática y el índice de popularidad del presidente se encuentra en el 30%. El Partido Comunista italiano podría ganar estas elecciones. El Partido Demócrata americano se está empleando a fondo para perderlas.

Los demócratas llevan la delantera en cada uno de los asuntos nacionales, desde la sanidad a la educación. Sin embargo, el mayor motivo de preocupación de los americanos es la economía, y su mayor causa de desasosiego económico es la energía (por un margen significativo: el 37% frente al 21% preocupado por la inflación). Aún así los demócratas han renunciado gratuitamente al asunto del incremento de las perforaciones en busca de petróleo y gas en territorio nacional. Por un margen aplastante de 2 a 1, los americanos quieren levantar la moratoria que impide la prospección en la plataforma costera continental, que abriría a la explotación los colosales recursos energéticos prohibidos durante los últimos 27 años.

Los demócratas se han venido presentando una oposición numantina a esta política. Dicen que no podemos salir de la crisis a golpe de prospección. Por supuesto que no. Pero es igualmente obvio que no podemos salir a golpe de energía solar, eólica o biomasa. ¿Significa esto que porque cualquiera de las medidas no pueda solucionar un problema por sí sola, ha de ser descartada? Barack Obama sigue oponiéndose a la nueva perforación costera, aunque ahora dice que aceptaría una versión altamente restringida como parte de un paquete integral. Hace unos días afirmó que si los americanos inflaran correctamente sus neumáticos y los revisaran regularmente, "nos podríamos ahorrar todo el petróleo que se dice podríamos obtener perforando".

Eso es una barbaridad. Cualquier cálculo razonable del ahorro anual fruto del inflado del neumático y de las revisiones le dirá que la plataforma costera alberga casi un centenar de veces esa cantidad de crudo. En cuanto al petróleo de pizarra, también bajo moratoria federal, tras un millar de años de conducir con neumáticos inflados conforme el criterio de Obama y con motores ajustados según aconseja el candidato, habríamos ahorrado apenas la quinta parte del crudo de destilación disponible en Estados Unidos.

Pero olvidemos las cifras. ¿Por qué este asunto se presenta como un dilema? ¿Quién está en contra de inflar adecuadamente los neumáticos? Iniciemos una campaña nacional al estilo cubano con vallas publicitarias gigantes que digan "¡Venceremos!", o "Infle sus neumáticos. ¡Victoria o muerte!" jalonando los arcenes de las autopistas. ¿Por qué tenemos que elegir entre estimular el ahorro e incrementar el suministro? La respuesta lógica es obvia: hagamos ambas cosas.

Hagámoslo todo: Energía solar y eólica y un calibrado de los neumáticos por cabeza. Diablos, un rebaño de bueyes por cada familia (para tirar de sus todoterreno de lujo sin gasolina). El consenso en el país, lógicamente inatacable y políticamente imbatible, es hacer todo lo posible tanto para incrementar el suministro como para reducir la demanda, porque tenemos un problema que está asfixiando nuestra economía y amenazando nuestra seguridad nacional. Y ninguna medida es suficiente por sí sola.

Los combustibles ecológicos en los que los demócratas insisten deberíamos estar invirtiendo siguen siendo hasta el momento especulaciones antieconómicas, aún mucho más caras que el gas natural o el petróleo extraídos. Podrían quedar décadas para que la situación cambiase. Y nuestra economía se está tambaleando. ¿Por qué no perforar para proporcionar una fuente constante de combustibles de eficacia demostrada durante las próximas décadas mientras realizamos la colosal transición económica y tecnológica hacia las energías renovables?

Los demócratas del Congreso exigen en su lugar la imposición de controles a "los especuladores." Los demócratas propusieron esto hace un mes. En el ínterin, los "especuladores" han reducido el precio alrededor de 25 dólares el barril. ¿Sigue queriendo detenerles? ¿En qué mundo los especuladores apuestan exclusivamente a que el precio subirá?

El lunes, Obama esbozaba un importante plan compuesto de medidas legislativas e ingentes inversiones públicas en cosas como coches eléctricos y energías renovables. De acuerdo, invirtamos unas cuantas decenas de miles de millones en esto y veamos lo que sale. Pero el éxito no va a exigir solamente enormes cantidades de dinero. Exigirá cantidades igualmente elevadas de tiempo y suerte. Por otra parte, la extracción no requiere ningún programa estatal, ninguna burocracia creada expresamente para ello, ninguna tecnología puramente especulativa que nadie ha llevado a la práctica aún. Solamente exige una cosa, exclusivamente un acto: Levantar la moratoria. La industria privada hará el resto. Y lejos de vaciar las arcas públicas, las volverá a llenar con los impuestos directos y con los indirectos procedentes de los miles de puestos de trabajo nuevo creados, no subsidiados.

El problema de los demócratas es que el argumento a favor de "hacerlo todo" no es algo complicado, sino una cuestión de sentido común. Es por esto que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, mientras examina los daños provocados por su insistencia en no permitir siquiera que la prospección se someta a votación en la Cámara, ha manifestado discretamente a los miembros de su partido que pueden salvar sus pellejos y votar a favor de la perforación cuando el Congreso se reúna el mes que viene antes de las elecciones. Pelosi afirma que desea salvar el planeta. Por lo que parece, salvar su puesto de presidenta de la Cámara es lo primero.

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