L D (EFE) El asesino es interno de la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) y cumple condena por esos hechos cometidos en 1992 en la localidad vallisoletana de Villalón de Campos.
Según informaron fuentes penitenciarias, un juzgado de Castilla-La Mancha ha concedido a Valentín Tejero el segundo grado -el ordinario- después de que el recluso recurriera la decisión de la Junta de Tratamiento de la cárcel de no revisar su clasificación. Hasta ahora, el condenado se encontraba en primer grado, que es en el que se suele clasificar a los presos más peligrosos o que han cometido delitos más graves.
La decisión del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria ha sido recurrida por el fiscal y, por tanto, será la Audiencia Provincial la que resuelva, aunque este proceso que se ha abierto no paraliza la concesión del segundo grado. Con esta nueva clasificación, y dado que además el recluso tiene cumplida más de una cuarta parte de la condena, Valentín Tejero podrá solicitar a la Junta de Tratamiento de la cárcel permisos ordinarios, como cualquier otro preso que se encuentre en esa situación.
Estos permisos serían de 36 días al año en periodos de un máximo de seis días consecutivos, pero para concederlos la prisión tiene en cuenta factores como la gravedad del delito cometido, la duración de la condena, el tiempo de cumplimiento que le queda, las características del preso y la alarma social generada, entre otros.
El autor de los hechos, que anteriormente había sido condenado por tres delitos de abusos deshonestos, disfrutaba en aquel momento de un permiso penitenciario.
Según informaron fuentes penitenciarias, un juzgado de Castilla-La Mancha ha concedido a Valentín Tejero el segundo grado -el ordinario- después de que el recluso recurriera la decisión de la Junta de Tratamiento de la cárcel de no revisar su clasificación. Hasta ahora, el condenado se encontraba en primer grado, que es en el que se suele clasificar a los presos más peligrosos o que han cometido delitos más graves.
La decisión del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria ha sido recurrida por el fiscal y, por tanto, será la Audiencia Provincial la que resuelva, aunque este proceso que se ha abierto no paraliza la concesión del segundo grado. Con esta nueva clasificación, y dado que además el recluso tiene cumplida más de una cuarta parte de la condena, Valentín Tejero podrá solicitar a la Junta de Tratamiento de la cárcel permisos ordinarios, como cualquier otro preso que se encuentre en esa situación.
Estos permisos serían de 36 días al año en periodos de un máximo de seis días consecutivos, pero para concederlos la prisión tiene en cuenta factores como la gravedad del delito cometido, la duración de la condena, el tiempo de cumplimiento que le queda, las características del preso y la alarma social generada, entre otros.
El autor de los hechos, que anteriormente había sido condenado por tres delitos de abusos deshonestos, disfrutaba en aquel momento de un permiso penitenciario.