L D (EFE) En una entrevista concedida a Catalunya Radio, el capitán barcelonista, que cumplirá 34 años el 8 de mayo, se ha vuelto a mostrar críptico en su exposición, especialmente cuando habló de su futuro: "A buen entendedor, pocas palabras".
Luis Enrique recuperó contra el Mallorca (3-2) la titularidad, aunque en una demarcación algo novedosa para él en el Barca. Jugó de delantero centro, como en sus inicios en el Sporting de Gijón, y además de completar un más que destacada actuación, volvió a marcar. Pero Luis Enrique no está atravesando por su mejor momento futbolístico ni humano, especialmente en lo que respecta a sus relaciones con los medios, por lo normal algo tensas y distantes.
Respecto a lo futbolístico, Luis Enrique recogió en el arranque de temporada el testigo que le entregó el técnico, Frank Rijkaard, quien confió en el grupo de veteranos para tirar del equipo. Pero ni los resultados acompañaron ni el juego era el deseado. Rijkaard movió el equipo desde la portería hasta el ariete y en estas que Luis Enrique también saltó por los aires. Su pundonor y el liderato que nadie le discute en el equipo, no han sido suficientes argumentos para defender su titularidad, pues Rijkaard vio en él más un problema que una virtud, especialmente por su falta de disciplina táctica. El técnico holandés, que nunca desechó que el Barca jugase con extremos, apostó por futbolistas que se amoldasen sin tantos problemas a esta demarcación.
Así, el jugador, después de 27 jornadas de Liga, sólo ha participado en 15 partidos y en ellos sólo ha jugado 826, unas cifras que quedan muy lejanas respecto del jugador que más minutos ha jugado en el Barca, como es el caso del holandés Giovanni Van Bronckhorst, quien ha jugado 26 partidos en la Liga (2.277 minutos). Al margen de la titularidad contra el Mallorca, Luis Enrique no había salido en el once inicial en la Liga desde el 4 de enero. Tras aquel partido, la derrota por 3-0 en Santander, Rijkaard hizo un punto y final. Desde entonces, Sergio García, que fue el delantero centro, no ha regresado a la titularidad del equipo profesional (jugó 15 minutos contra el Albacete, 5-0), Luis Enrique también fue apartado y Andrés Iniesta entró poco después en la nevera debido a la llegada de Edgar Davids. Esos cambios y una mejora considerable del juego de conjunto ha propiciado que el Barça haya encadenado siete victorias seguidas en la Liga.
El jugador acaba su contrato con el Barcelona en próximo 30 de junio, después de que firmase un último algo polémico, ya que un error administrativo en el club le dejó con la carta de libertad. Ante esta situación, el anterior presidente, Joan Gaspart, negoció en inferioridad de condiciones y Luis Enrique pudo arrancar un muy buen contrato. A pesar de la estima que siempre ha recibido por parte de la afición (en la presentación en agosto, su aparición fue la más aclamada, incluso más que Ronaldinho), Luis Enrique no ha sido nunca una prioridad para la nueva directiva, la cual no escondió que la renovación del jugador interesaba en la medida de que el futbolista se aviniera, de entrada, a una reducción importante de su sueldo.
Luis Enrique recuperó contra el Mallorca (3-2) la titularidad, aunque en una demarcación algo novedosa para él en el Barca. Jugó de delantero centro, como en sus inicios en el Sporting de Gijón, y además de completar un más que destacada actuación, volvió a marcar. Pero Luis Enrique no está atravesando por su mejor momento futbolístico ni humano, especialmente en lo que respecta a sus relaciones con los medios, por lo normal algo tensas y distantes.
Respecto a lo futbolístico, Luis Enrique recogió en el arranque de temporada el testigo que le entregó el técnico, Frank Rijkaard, quien confió en el grupo de veteranos para tirar del equipo. Pero ni los resultados acompañaron ni el juego era el deseado. Rijkaard movió el equipo desde la portería hasta el ariete y en estas que Luis Enrique también saltó por los aires. Su pundonor y el liderato que nadie le discute en el equipo, no han sido suficientes argumentos para defender su titularidad, pues Rijkaard vio en él más un problema que una virtud, especialmente por su falta de disciplina táctica. El técnico holandés, que nunca desechó que el Barca jugase con extremos, apostó por futbolistas que se amoldasen sin tantos problemas a esta demarcación.
Así, el jugador, después de 27 jornadas de Liga, sólo ha participado en 15 partidos y en ellos sólo ha jugado 826, unas cifras que quedan muy lejanas respecto del jugador que más minutos ha jugado en el Barca, como es el caso del holandés Giovanni Van Bronckhorst, quien ha jugado 26 partidos en la Liga (2.277 minutos). Al margen de la titularidad contra el Mallorca, Luis Enrique no había salido en el once inicial en la Liga desde el 4 de enero. Tras aquel partido, la derrota por 3-0 en Santander, Rijkaard hizo un punto y final. Desde entonces, Sergio García, que fue el delantero centro, no ha regresado a la titularidad del equipo profesional (jugó 15 minutos contra el Albacete, 5-0), Luis Enrique también fue apartado y Andrés Iniesta entró poco después en la nevera debido a la llegada de Edgar Davids. Esos cambios y una mejora considerable del juego de conjunto ha propiciado que el Barça haya encadenado siete victorias seguidas en la Liga.
El jugador acaba su contrato con el Barcelona en próximo 30 de junio, después de que firmase un último algo polémico, ya que un error administrativo en el club le dejó con la carta de libertad. Ante esta situación, el anterior presidente, Joan Gaspart, negoció en inferioridad de condiciones y Luis Enrique pudo arrancar un muy buen contrato. A pesar de la estima que siempre ha recibido por parte de la afición (en la presentación en agosto, su aparición fue la más aclamada, incluso más que Ronaldinho), Luis Enrique no ha sido nunca una prioridad para la nueva directiva, la cual no escondió que la renovación del jugador interesaba en la medida de que el futbolista se aviniera, de entrada, a una reducción importante de su sueldo.