L D (EFE) La ausencia del central José Luis Moltó, quien tampoco pudo jugar el segundo partido con Portugal, restó de centímetros al bloqueo español, que apenas pudo contener al ataque brasileño. En el primer set, España sorprendió a propios y extraños con un juego muy sólido, con buena dirección de Miguel Angel Falasca y magníficos rendimientos de José Antonio Casillas e Israel Rodríguez, quienes, con sus aciertos, permitieron soñar con la sorpresa. Así, el primer tiempo técnico fue para los pupilos de Paco Hervás (7-8).
Brasil, empujado por una entusiasta afición, pareció despegarse en el marcador con los remates de Gustavo Endres y Anderson Rodríguez y, con 16-12, pareció controlar la manga, en la que se permitió hacer rotaciones en su sexteto. La selección española no se amilanó y, con un juego de red casi perfecto, logró lo que parecía imposible, silenciar diez mil voces cuando, en su cuarto balón de set, colocó un 26-28 con un soberbio bloqueo de Israel Rodríguez. La eficacia del conjunto que capitanea Carlos Luis Carreño no tuvo continuidad en el segundo set y el rendimiento se diluyó progresivamente en la misma medida que creció el de su rival, que contó con demasiados regalos de errores no forzados de España, tanto de recepción como de saque, que sigue siendo la gran asignatura pendiente.
España se oxigenó de ideas en el cambio de cancha y, bajo el liderazgo de Guillermo Falasca, volvió a meterse en el partido (7-8 y 14-15). Sin embargo, la inspiración no duró mucho y, tras perder el segundo tiempo técnico por la mínima -Valido cometió dobles-, los pupilos de Bernardinho Rezende volvieron a despegarse. Las decisiones arbitrales, que ante la duda tiraron para casa, terminaron por desquiciar al conjunto español que, tras una tarjeta amarilla a Saucedo, encajó un parcial 9-1 (23-16) que terminó por sentenciar.
El comienzo del cuarto set fue también muy esperanzador para los visitantes (7-10), pero España encajó cuatro puntos consecutivos antes de entrar en el intercambio. Luego, tras un empate a catorce, Brasil hizo vibrar a sus incondicionales con un juego más convincente y cohesionado. Este domingo en el mismo escenario e idéntico comienzo -10.00, hora local-, Brasil y España volverán a medir fuerzas en la Liga Mundial.
Brasil, empujado por una entusiasta afición, pareció despegarse en el marcador con los remates de Gustavo Endres y Anderson Rodríguez y, con 16-12, pareció controlar la manga, en la que se permitió hacer rotaciones en su sexteto. La selección española no se amilanó y, con un juego de red casi perfecto, logró lo que parecía imposible, silenciar diez mil voces cuando, en su cuarto balón de set, colocó un 26-28 con un soberbio bloqueo de Israel Rodríguez. La eficacia del conjunto que capitanea Carlos Luis Carreño no tuvo continuidad en el segundo set y el rendimiento se diluyó progresivamente en la misma medida que creció el de su rival, que contó con demasiados regalos de errores no forzados de España, tanto de recepción como de saque, que sigue siendo la gran asignatura pendiente.
España se oxigenó de ideas en el cambio de cancha y, bajo el liderazgo de Guillermo Falasca, volvió a meterse en el partido (7-8 y 14-15). Sin embargo, la inspiración no duró mucho y, tras perder el segundo tiempo técnico por la mínima -Valido cometió dobles-, los pupilos de Bernardinho Rezende volvieron a despegarse. Las decisiones arbitrales, que ante la duda tiraron para casa, terminaron por desquiciar al conjunto español que, tras una tarjeta amarilla a Saucedo, encajó un parcial 9-1 (23-16) que terminó por sentenciar.
El comienzo del cuarto set fue también muy esperanzador para los visitantes (7-10), pero España encajó cuatro puntos consecutivos antes de entrar en el intercambio. Luego, tras un empate a catorce, Brasil hizo vibrar a sus incondicionales con un juego más convincente y cohesionado. Este domingo en el mismo escenario e idéntico comienzo -10.00, hora local-, Brasil y España volverán a medir fuerzas en la Liga Mundial.