L D (EFE) "Líbano necesita un Gobierno coherente y unificado que asuma sus responsabilidades para hacer frente a los desafíos internos y externos –declaró este miércoles Hariri, por medio de un comunicado de prensa–. Dado que no he logrado esos objetivos a causa de los obstáculos que todos conocen, consideré necesario presentar mi misión”.
Las relaciones entre Lahoud y Hariri siempre fueron tensas. Aquél destituyó a éste nada más acceder a la Presidencia (1998), pero volvió a restituirle en la jefatura del Gobierno dos años más tarde, cuando se vio acorralado por una fuerte crisis económica. Hariri es un comerciante de modesto origen que amasó una fortuna en Arabia Saudí con el negocio de la construcción.
Damasco temía que las reformas de Hariri socavaran su dominio del Líbano
Siria, que maneja a su antojo la política libanesa, se decantó por Lahoud en este duelo en las alturas. Y es que el régimen baazista de Damasco temía que las reformas económicas emprendidas por Hariri socavasen su posición en el país del Cedro.
Lahoud, que ha aceptado la renuncia de su enemigo, deberá consultar al Parlamento antes de designar un nuevo primer ministro, que deberá conformar un nuevo Gabinete. Se prevé que el proceso comience el jueves, y que el presidente excluya del mismo a todos los legisladores que votaron en contra de la prorrogación de su mandato.
Quizá la dimisión de Hariri ponga punto y aparte a la aguda crisis gubernamental que vive en Líbano; crisis que, según la agencia EFE , había colocado al borde del colapso a la clase política del país.