LD (EFE) Un responsable de la Gendarmería aérea, el coronel Jacques Alexande, ha explicado este sábado a la emisora de radio France Info que los agentes, que estaban en un almacén de equipajes del aeropuerto, pusieron el explosivo plástico –unos 100 o 150 gramos– en una maleta elegida al azar, que después depositaron en una cinta mecánica de transporte para que los perros la detectaran.
Uno de los perros localizó el equipaje en el que habían colocado los explosivos –que iban en un envoltorio de un tamaño inferior al de una tableta de chocolate–. Sin embargo, antes de coger el explosivo, los gendarmes fueron a buscar a un segundo animal y cuando volvieron, no consiguieron encontrar la maleta.
Según los primeros elementos de la investigación, se cree que un empleado, en un acto de celo profesional, pudo volver a poner la maleta en una cinta mecánica para enviarla a su destino, alguno de los cerca de 100 aviones que salía el viernes por la tarde del aeropuerto Roissy Charles de Gaulle. Todas las compañías fueron advertidas para que los aeropuertos de destino estuvieran al corriente y no cargaran la responsabilidad al dueño de la maleta, si es que descubrían el explosivo.
La Gendarmería, que no ha explicado si este tipo de entrenamiento es una práctica habitual, reconoce que se ha tratado de un "error" por falta de vigilancia y ha insistido en que "el paquete de explosivos es "totalmente inofensivo", que no reacciona a los golpes ni al fuego, y que no llevaba detonador alguno.
Uno de los perros localizó el equipaje en el que habían colocado los explosivos –que iban en un envoltorio de un tamaño inferior al de una tableta de chocolate–. Sin embargo, antes de coger el explosivo, los gendarmes fueron a buscar a un segundo animal y cuando volvieron, no consiguieron encontrar la maleta.
Según los primeros elementos de la investigación, se cree que un empleado, en un acto de celo profesional, pudo volver a poner la maleta en una cinta mecánica para enviarla a su destino, alguno de los cerca de 100 aviones que salía el viernes por la tarde del aeropuerto Roissy Charles de Gaulle. Todas las compañías fueron advertidas para que los aeropuertos de destino estuvieran al corriente y no cargaran la responsabilidad al dueño de la maleta, si es que descubrían el explosivo.
La Gendarmería, que no ha explicado si este tipo de entrenamiento es una práctica habitual, reconoce que se ha tratado de un "error" por falta de vigilancia y ha insistido en que "el paquete de explosivos es "totalmente inofensivo", que no reacciona a los golpes ni al fuego, y que no llevaba detonador alguno.