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Octavo etarra que se suicida en la cárcel

El preso etarra José Ángel Alzuguren Perurena, alias 'Kotto', que apareció ahorcado en el pena del Soria es el quinto miembro de la banda terrorista que se suicida en una cárcel española y el octavo contando con los que se quitaron la vida en un centro penitenciario francés. El último suicidio de un miembro de ETA en la cárcel había sido el de Ohiane Errazkin Galdós, 'Brujilla', que falleció en la noche del 7 de julio de 2004 en la prisión de Fleury Merogis, cuando tenía 31 años y estaba pendiente de ser juzgada.

L D (Agencias) El primer suicidio de un etarra en prisión se produjo el 26 de junio de 1985 cuando apareció ahorcado en las duchas de Alcalá-Meco José Ramón Goicoetxea Bilbao, miembro de ETA Político-Militar VIII Asamblea. Llevaba cuatro años encarcelado por tres condenas que sumaban más de doce años de prisión.
 
El 2 de marzo de 1988 el etarra Miguel Lopetegui Larrate se ahorcó con las sábanas colgadas de la cisterna de la celda que ocupaba en el penal de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), en el que cumplía una condena de treinta años de prisión por cinco asesinatos.
 
Casi tres años después, el 20 de enero de 1991 el bretón Jean Groix, encarcelado por colaborar con ETA, fue encontrado muerto en la prisión francesa en la que estaba internado, en lo que fue un suicidio.
 
El 23 de enero de 1997 se halló el cadáver del teniente de la Gendarmería Jean-Luc Maillet, encarcelado por presunta colaboración con ETA y que se ahorcó en la prisión de Fresnes con una sábana. Había enviado varias cartas en las que explicaba su decisión.
 
Ni un mes después, el 7 de febrero de 1997 se encontró el cuerpo sin vida de José María Aranzamendi Arburu, 'Katxue', colgado de un fular que había fijado a los barrotes de la ventilación de su celda en la prisión madrileña de Alcalá-Meco. El cadáver se encontraba con los ojos tapados con una cinta, los pies atados con los cordones de unas zapatillas deportivas y las manos atadas con un pañuelo. Antes del suicidio había remitido una carta a su familia en la que expresaba su deseo de quitarse la vida.
 
El 20 de julio de 1997 se encontró ahorcado con un cordel de plástico suspendido del inodoro a Juan Carlos Hernando González en su celda de la prisión albaceteña de La Torrecica, donde había ingresado en 1994 para cumplir una condena de seis años y un día por colaboración con banda terrorista.

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