L D (EFE) "Ahora que acabo de ser elegido presidente de la República y en vísperas de asumir el cargo, todos comprenderéis que no pueda seguir a la cabeza" del partido. Esas fueron las sentidas palabras de Sarkozy, el sexto presidente de la República de Francia ante el Consejo Nacional de la UMP en París.
Explicó que tiene la "obligación moral" de dejar la presidencia del partido conservador por la "elevada" idea que tiene del cargo de jefe de Estado, y la necesidad de que el presidente de la República pueda "encarnar la autoridad del Estado, de hablar por todos los franceses" y de que ninguno pueda "dudar de su imparcialidad".
Para el próximo jefe de Estado dela República francese "se pasa una página de mi vida. Ahora me debo a Francia. Todo lo que haga por ella será en la fidelidad a lo que hemos querido y hecho juntos".
"Mi deber es dejaros. Se me parte el corazón, pero lo hago porque, a mi juicio, es la única manera de servir bien el interés de Francia", dijo Sarkozy. Segundos después, los 2.000 correligionarios, aproximadamente, empezaron a ovacionarle largamente.
El este miércoles 16 de mayo, Sarkozy, de 52 años, asumirá el cargo de jefe de Estado en una ceremonia de traspaso de poderes con su predecesor, Jacques Chirac, que a los 74 años deja el Elíseo después de doce años.
Sarkozy, que en noviembre de 2004 había asumido las riendas de la UMP después de vencer los obstáculos puestos en su camino por los seguidores de Chirac, aprovechó su despedida de este lunes para lanzar un doble mensaje a la UMP: la necesidad de la apertura y de no tener miedo de asumir sus propios valores e ideas.
El presidente electo insistió una y otra vez en la necesidad de la "apertura" a otras sensibilidades, un principio que está aplicando en la constitución de su futuro Gobierno, ya que ha contactado con personalidades no sólo del centro sino también del opositor Partido Socialista (PS).