L D (EFE) Llamazares congregó a casi un millar de simpatizantes en el Frontón Labrit de Pamplona –que el jueves pasado también recibió al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero–, donde acudió para prestar su apoyo a los candidatos de IU a la alcaldía de la capital navarra, Idoia Saralegui, y a la Presidencia de la Comunidad Foral, Félix Taberna. El líder de IU se mostró convencido de los buenos resultados de la formación en Navarra, donde arrebatar el poder al PP "no sólo es posible, sino que ya es una realidad" porque "las apuestas son cada vez más altas para Izquierda Unida".
Llamazares destacó que la labor del presidente del Gobierno, José María Aznar, ha sido durante la campaña "como un torrente", ya que "nadie sabe lo que va a decir al día siguiente, es impredecible y fluye a borbotones", pero alertó además de que "corre el peligro de transformarse en un torrente cinematográficamente hablando, porque sus descalificaciones nos recuerdan cada vez más a la caspa", en referencia a las películas de Santiago Segura protagonizadas por Torrente. "¿A qué os recuerda la descalificación de que los rojos son la amenaza para este país? Pero si los rojos fueron los que trajeron la democracia, ¿cómo van a ser una amenaza?", se preguntó Llamazares.
El líder de IU subrayó que el PP se ha caracterizado en su gestión por tener "una sola mano, la derecha, la de la fuerza, el poder económico y la imposición, y no conoce la mano izquierda, la de la sensibilidad y la solidaridad". A su juicio, si la "mano izquierda" gobernara el país "haría las cosas de manera bien distinta", y se impondría prioridades como "un empleo de calidad, sobre todo para mujeres y jóvenes", intervenir en el suelo para fomentar la vivienda protegida y el alquiler social, o una gestión participativa para que los ciudadanos no sólo decidan en las urnas cada cuatro años, sino que influyan en el día a día.
"IU propondría que no se bajen los impuestos a los ricos, que se suspenda la propuesta de eliminar el impuesto de sucesiones o de patrimonio, y con el dinero de esa recaudación, unos 600.000 millones de pesetas, la 'mano izquierda' generalizaría los servicios sociales para niños, ancianos y minusválidos, lograría mayor calidad de vida y un descenso del desempleo femenino a la mitad", afirmó. En este sentido, destacó que IU garantizará la autonomía laboral de la mujer, con mejores horarios y acceso a la educación, medidas que consideró fundamentales para acabar con la violencia de género, que no sólo se soluciona con "la represión o la eficacia de la justicia".
El líder de IU criticó duramente la gestión del Ejecutivo, que calificó de "gobierno en el banquillo" a la espera de la designación del sucesor de Aznar, pero también en el "banquillo de los acusados". "Después de traicionar a la UE, a la ONU, a nuestras relaciones con América Latina y el mundo árabe, ahora está dispuesto a traicionar al pueblo saharaui únicamente por relacionarse mejor con EEUU", dijo, en referencia a la reunión mantenida recientemente por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores español con su homólogo marroquí.
Por último, Llamazares se felicitó porque el PSOE se haya sumado a una oposición más "de izquierdas" al Gobierno, donde –dijo– IU ha tenido una gran influencia para animar a los socialistas a movilizarse, y pidió el "voto rebelde", especialmente de los jóvenes, para que las urnas reflejen el sentir de la calle donde "le hemos ganado la partida al PP".
Llamazares destacó que la labor del presidente del Gobierno, José María Aznar, ha sido durante la campaña "como un torrente", ya que "nadie sabe lo que va a decir al día siguiente, es impredecible y fluye a borbotones", pero alertó además de que "corre el peligro de transformarse en un torrente cinematográficamente hablando, porque sus descalificaciones nos recuerdan cada vez más a la caspa", en referencia a las películas de Santiago Segura protagonizadas por Torrente. "¿A qué os recuerda la descalificación de que los rojos son la amenaza para este país? Pero si los rojos fueron los que trajeron la democracia, ¿cómo van a ser una amenaza?", se preguntó Llamazares.
El líder de IU subrayó que el PP se ha caracterizado en su gestión por tener "una sola mano, la derecha, la de la fuerza, el poder económico y la imposición, y no conoce la mano izquierda, la de la sensibilidad y la solidaridad". A su juicio, si la "mano izquierda" gobernara el país "haría las cosas de manera bien distinta", y se impondría prioridades como "un empleo de calidad, sobre todo para mujeres y jóvenes", intervenir en el suelo para fomentar la vivienda protegida y el alquiler social, o una gestión participativa para que los ciudadanos no sólo decidan en las urnas cada cuatro años, sino que influyan en el día a día.
"IU propondría que no se bajen los impuestos a los ricos, que se suspenda la propuesta de eliminar el impuesto de sucesiones o de patrimonio, y con el dinero de esa recaudación, unos 600.000 millones de pesetas, la 'mano izquierda' generalizaría los servicios sociales para niños, ancianos y minusválidos, lograría mayor calidad de vida y un descenso del desempleo femenino a la mitad", afirmó. En este sentido, destacó que IU garantizará la autonomía laboral de la mujer, con mejores horarios y acceso a la educación, medidas que consideró fundamentales para acabar con la violencia de género, que no sólo se soluciona con "la represión o la eficacia de la justicia".
El líder de IU criticó duramente la gestión del Ejecutivo, que calificó de "gobierno en el banquillo" a la espera de la designación del sucesor de Aznar, pero también en el "banquillo de los acusados". "Después de traicionar a la UE, a la ONU, a nuestras relaciones con América Latina y el mundo árabe, ahora está dispuesto a traicionar al pueblo saharaui únicamente por relacionarse mejor con EEUU", dijo, en referencia a la reunión mantenida recientemente por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores español con su homólogo marroquí.
Por último, Llamazares se felicitó porque el PSOE se haya sumado a una oposición más "de izquierdas" al Gobierno, donde –dijo– IU ha tenido una gran influencia para animar a los socialistas a movilizarse, y pidió el "voto rebelde", especialmente de los jóvenes, para que las urnas reflejen el sentir de la calle donde "le hemos ganado la partida al PP".