LD (Agencias) Las autoridades rusas ordenaron extremar las medidas de seguridad tras el doble atentado suicida del sábado atribuido a terroristas chechenos y que causó al menos quince muertos y medio centenar de heridos durante un festival de rock en Moscú. Otras 49 personas permanecen ingresadas en cinco hospitales de la capital rusa, nueve de ellas en estado grave y dos en coma, y todavía hay varios muertos que no han sido identificados. En ese contexto, el Ministerio del Interior ordenó el acuartelamiento del personal mientras que patrullas policiales tomaron bajo control los lugares públicos más concurridos y se multiplicaron los controles en todas las carreteras de acceso a la capital. Los cuerpos de seguridad rusos opinaron que el cerebro de los ataques es el influyente comandante Shamil Basáyev, "terrorista número uno" de Rusia, quien ha amenazado con enviar a las ciudades rusas a mujeres decididas a inmolarse para vengar la muerte de sus familiares en Chechenia.
Los atentados terroristas se produjeron al mediodía del sábado en el aeródromo de Túshino, noroeste de Moscú, donde unas 20.000 personas asistían al festival de rock "Krilia" (Alas). Los actos terroristas tuvieron lugar en dos accesos al aeródromo, con una diferencia de quince minutos, y cuando alrededor de las dos mujeres terroristas había más de doscientas personas que esperaban para entrar al complejo. Las terroristas suicidas portaban además de los explosivos –medio kilo de trilita cada una– numerosos elementos metálicos en torno a sus cuerpos que se convirtieron en metralla al estallar las bombas.
Los servicios de seguridad dijeron que el explosivo era similar al utilizado en otros atentados chechenos, incluido el asalto al teatro Dubrovka de Moscú en octubre pasado por un comando suicida. Una de las terroristas llevaba un pasaporte a nombre de Zuleján Alijadyíeva, de veinte años y residente en Kurchaloi, Chechenia. Pero es extraño que portara la documentación encima, puesto que en la república separatista es del dominio público que las tropas rusas y la Policía chechena leal a Moscú suelen vengar tales atentados asesinando a los familiares de los terroristas suicidas.
Los atentados terroristas se produjeron al mediodía del sábado en el aeródromo de Túshino, noroeste de Moscú, donde unas 20.000 personas asistían al festival de rock "Krilia" (Alas). Los actos terroristas tuvieron lugar en dos accesos al aeródromo, con una diferencia de quince minutos, y cuando alrededor de las dos mujeres terroristas había más de doscientas personas que esperaban para entrar al complejo. Las terroristas suicidas portaban además de los explosivos –medio kilo de trilita cada una– numerosos elementos metálicos en torno a sus cuerpos que se convirtieron en metralla al estallar las bombas.
Los servicios de seguridad dijeron que el explosivo era similar al utilizado en otros atentados chechenos, incluido el asalto al teatro Dubrovka de Moscú en octubre pasado por un comando suicida. Una de las terroristas llevaba un pasaporte a nombre de Zuleján Alijadyíeva, de veinte años y residente en Kurchaloi, Chechenia. Pero es extraño que portara la documentación encima, puesto que en la república separatista es del dominio público que las tropas rusas y la Policía chechena leal a Moscú suelen vengar tales atentados asesinando a los familiares de los terroristas suicidas.