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Los 20 militares rebeldes aceptan poner fin al intento de golpe de Estado en Filipinas

La presidenta de Filipinas, Gloria Matapagal Arroyo, dio por terminada la crisis, tras anunciar la retirada a los cuarteles de los casi 300 militares sublevados en la capital. Los militares filipinos amotinados contra el Gobierno han aceptado dejar el edificio comercial en el que se habían atrincherado y se han comprometido a regresar a sus cuarteles, según el negociador gubernamental, Roy Cimatu. Parte de los sublevados se había rendido con anterioridad.

L D (EFE) La asonada está dirigida por un puñado de 20 oficiales de elite graduados en la Academia Militar, capitanes y tenientes, a los que siguen medio centenar de soldados. Veinte oficiales de elite se atrincheraron en un edificio de Manila con armas y explosivos contra el Gobierno de Manila. Los sublevados exigían la dimisión de la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo. Luego, el del ministro de Defensa. El ultimátum impuesto para que su rendición se había sido extendido dos horas y después de manera indefinida. Las negociaciones comenzaron para evitar un derramamiento de sangre. Arroyo impuso el estado de excepción y Aznar le mandó un telegrama de condena y solidaridad.

El levantamiento está dirigido por un grupo de veinte oficiales de elite graduados en la Academia Militar, capitanes y tenientes, a los que siguen medio centenar de soldados. Los sublevados tomaron esta madrugada el edificio "Oakwood", ubicado en el corazón del centro financiero de Manila y dentro del complejo comercial "Glorieta", uno de los mayores de la capital filipina donde permanecen atrincherados con armas y explosivos este edificio. Los sublevados querían mediante esta acción exigir la dimisión del Gobierno de la presidenta Gloria Macapagal Arroyo, a la que acusan, junto a su ministro de Defensa, Angelo Reyes, de corrupción y de orquestar los atentados de Davao que causaron 35 muertos en los meses de marzo y abril, así como de vender armas a los grupos insurgentes filipinos. Por su parte, la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, dio un plazo hasta las cinco de la tarde (09.00 gmt) para que se rindiesen y volviesen a los cuarteles y después declaró el "estado de rebelión", para poder actuar contra el levantamiento.

Un total de 17 renegados se rindió al Gobierno antes de que llegara la hora límite, mientras que sus jefes negociaban con las autoridades. Por su parte, el teniente Antonio Trillanes, el cabecilla de los rebeldes, declaró que ha recibido garantías del Gobierno de que cancelan el ultimátum de manera "indefinida". Según Trillanes, tienen la "moral alta" y disponen de armas y provisiones para aguantar un largo asedio. Sin embargo, el grupo de militares que se sublevó esta madrugada contra el Gobierno de Filipinas ha empezado a rendirse en Manila.

Por otra parte, se sospecha del senador Honasan como cabecilla de las revueltas militares ocurridas durante el mandato de Corazón Aquino y es el principal sospechoso de idear la intentona golpista ocurrida este domingo en Filipinas, según ha confirmado el ministro del Interior, José Lina. Sin embargo, el senador, un afín de la familia Marcos y del ex presidente Estrada, encarcelado por corrupción, ha negado estas acusaciones, pero ha advertido que este levantamiento es culpa del Gobierno por no escuchar las demandas del pueblo.

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