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Una autopsia revelará la causa de la muerte del capitán Manuel Martín Oar

Los restos del capitán de Navío Manuel Martín Oar, que llegaron la tarde de este jueves a la base aeronaval de Rota procedentes de Bagdad, serán sometidos a una autopsia para determinar la causa exacta de su muerte, ocurrida en el atentado del martes contra la sede de la ONU en Bagdad. Tras arribar los restos a la base naval de Rota, el funeral se ha celebrado en el Puerto de Santa María, Cádiz.

L D (Agencias) El cuerpo de Manuel Martín Oar, que permanece en el tanatorio del pueblo de Rota, será sometido a una autopsia para conocer la causa exacta de su muerte, según han confirmado fuentes familiares. Por su parte, el Ministerio de Defensa señala en un comunicado que la documentación que las autoridades militares de EEUU han aportado sobre el fallecimiento, que se produjo “a última hora de la tarde del martes”, consiste en un certificado de defunción y un parte hospitalario donde se detallan “pormenorizadamente” sus heridas. En este documento “se dice que la causa de su muerte se debió a una hemorragia interna consecuencia de un trauma craneoencefálico en el parietal derecho”.

Pasadas las tres de la tarde, los restos del capitán de Navío arribaron a la base naval de Rota en donde se habilitó una capilla ardiente para que Federico Trillo, titular de Defensa, impusiera a título póstumo la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo amarillo. Posteriormente se celebró el funeral en una iglesia del Puerto de Santa María, Cádiz. Tras el acto religioso, el féretro abandonó el templo portuense seguido de los cuatro hijos del militar fallecido y de su viuda, que llevaba en su manos la bandera que cubrió el féretro durante la homilía y la gorra de su esposo, que le fue entregada por Trillo.

Desde Bagdad, Eduardo de Quesada, encargado de negocios de la embajada de España en Bagdad, explicó que Manuel Martín Oar no llegó a ingresar en ningún hospital, ya que a las dos horas del atentado se encontraba en el mortuorio militar del aeropuerto. Narró que “el capitán de Navío a las 17.30 horas estaba vivo y a las 19.30 ingresó en el mortuorio, por lo que a las 18.30 horas tenía que haber muerto”, ya que el aeropuerto -donde se encuentra la morgue adonde fue trasladado- está a una hora de camino. Precisó que fue el ingeniero de caminos Ricardo López Oribe quien habló con el ahora fallecido y lo vio vivo por última vez. De hecho, dice que fue él quien vio cómo se lo llevaban unos camilleros estadounidenses que le pusieron un suero y le aplicaron una inyección en el pie.

El diplomático consideró que los enfermeros debieron pensar lo mismo que López Oribe le relató: “que su caso no era grave”, por lo que “le dejaron solito, probablemente para atender a otros -heridos- mucho más urgentes y más graves. Y cuando volvieron -continuó-, que le llegó el turno de evacuarle en una ambulancia para llevarle al hospital, encontraron que estaba muerto; por eso calculamos que debió ser fulminante” su muerte. De Quesada, que se encuentra en la embajada de España en Irak, aseveró que no va a pedir explicaciones por el suceso porque “aquí no hay nada que reclamar; aquí hay alguien que ha puesto una bomba y ha habido cerca de treinta muertos, uno de ellos es MartínOar” y “esa es la explicación que la propia familia ha aceptado”.

Eduardo de Quesada consideró que no ha habido “mala fe” en lo sucedido y afirmó que la familia del capitán de Navío ha aceptado con un “fatalismo resignado” esta situación. “Si el hijo y la esposa dan por bueno lo que pasó y han pensado que así es la vida y así es la muerte, quién es la emisora tal o el político cual para pedir explicaciones”, añadió.

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