L D (EFE) La comisión para Irak será presidida por Lord Butler, un funcionario público que ha trabajado con varios primeros ministros, desde Thatcher hasta Blair, y deberá informar de sus conclusiones antes del receso parlamentario de julio.
Los otros miembros del panel son: Lord Inge, ex jefe del Estado Mayor británico; John Chilcott, ex alto funcionario; Ann Taylor, diputada laborista y presidenta del comité de Seguridad e Inteligencia de los Comunes, y Michael Mates, diputado conservador.
Los liberal-demócratas, tercer partido del país, no participarán en la investigación porque, según su portavoz de Exteriores, Menzies Campbell, "una indagación que excluye el escrutinio de políticos es improbable que cuente con la confianza pública".
Los otros miembros del panel son: Lord Inge, ex jefe del Estado Mayor británico; John Chilcott, ex alto funcionario; Ann Taylor, diputada laborista y presidenta del comité de Seguridad e Inteligencia de los Comunes, y Michael Mates, diputado conservador.
Los liberal-demócratas, tercer partido del país, no participarán en la investigación porque, según su portavoz de Exteriores, Menzies Campbell, "una indagación que excluye el escrutinio de políticos es improbable que cuente con la confianza pública".
Evaluará "el rigor de la información"
Según Jack Straw, la comisión investigadora revisará "el rigor de la información de inteligencia sobre las armas de destrucción masiva de Irak disponible hasta marzo de 2003", cuando empezó el ataque anglo-estadounidense para derribar al régimen de Sadam Husein. Además, "examinará cualquier discrepancia entre la información reunida, evaluada y usada por el Gobierno antes del conflicto" y los resultados del Grupo de Investigación de Irak, establecido por EEUU para buscar las armas.
El panel de investigadores también podrá llamar a declarar a los testigos que considere relevantes y celebrará sus sesiones a puerta cerrada, según Jack Straw. Asimismo, Lord Butler "trabajará estrechamente" con la investigación similar ordenada en Estados Unidos, y con el Grupo de Investigación de Irak, cuyo responsable, David Kay, dimitió recientemente y luego apareció en varios medios de comunicación expresando sus dudas sobre la existencia de las armas.
La guerra estuvo "justificada"
El jefe de la diplomacia británica ha admitido que su Gobierno reconoce que existe una "preocupación legítima sobre la fiabilidad de los datos de inteligencia que ha sido subrayada por las pruebas del doctor Kay". Sin embargo, Straw insistió en que la decisión de ir a la guerra para desalojar del poder a Sadam Husein fue apropiada: "Tomamos la decisión correcta al acordar una acción militar contra Irak y hoy es todavía la decisión correcta".
El titular de Exteriores insistió en que la guerra estuvo "justificada por el desafío de un régimen que había usado armas de destrucción masiva" en el pasado y que "se había negado a cumplir con la obligaciones impuestas unánimemente" por la ONU. El Gobierno de Londres siempre argumentó que Irak poseía armas químicas y biológicas que suponían un peligro para la humanidad, sobre todo porque esos arsenales podían caer en manos de grupos terroristas como Al-Qaeda.
El titular de Exteriores insistió en que la guerra estuvo "justificada por el desafío de un régimen que había usado armas de destrucción masiva" en el pasado y que "se había negado a cumplir con la obligaciones impuestas unánimemente" por la ONU. El Gobierno de Londres siempre argumentó que Irak poseía armas químicas y biológicas que suponían un peligro para la humanidad, sobre todo porque esos arsenales podían caer en manos de grupos terroristas como Al-Qaeda.
Copiará el modelo de las Malvinas
El comité interrogó a la propia Thatcher, así como a miembros de los servicios de espionaje no identificados, entre otros testigos. El "informe Franks", divulgado en enero de 1983, exoneró al Gobierno británico y fue calificado por muchos críticos como un "lavado de cara" del Ejecutivo, al igual que el reciente informe del juez Brian Hutton sobre la muerte del científico David Kelly.