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El ex presidente de Italia, Francesco Cossiga, nuevo implicado en la trama de sobornos de Parmalat

La denuncia de "favores" y entrega de dinero a políticos por los dirigentes de Parmalat este viernes en prisión sigue su curso con el goteo de nuevos nombres, como el del ex presidente de la República Francesco Cossiga. Este nombre vendría a sumarse a la del ex ministro Mannino y el ex primer ministro De Mitta.

L D (EFE) El nombre de Cossiga se lo ha dado a los fiscales que investigan el hundimiento del coloso lácteo el ex director financiero Fausto Tonna, junto a los del ex ministro democristiano, Calogero Mannino, y la esposa del ex jefe del Gobierno Lamberto Dini.

En unas declaraciones efectuadas hace unas semanas, aunque hechas públicas ahora, Tonna ilustra algunas compras de Parmalat, que considera "inútiles" y "gravosas" para la compañía, relacionadas "con parientes, amigos o recomendados" de esos políticos.

Francesco Cossiga ha quitado hierro al asunto, con el comentario jocoso de que ha recomendado "a muchos industriales en su vida", mientras Calogero Mannino sostiene que únicamente se ha movido en su vida pública por intereses institucionales.

El ex director financiero de Parmalat también denuncia, en sus declaraciones conocidas ahora, al presidente de Capitalia (antigua Banca di Roma), Cesare Geronzi, de haber pedido un "favor" de igual índole respecto a la compra de la división de tomates de la alimentaria Cirio, también en bancarrota.

Los políticos señalados por Tonna formarían parte de la treintena que el ex presidente y fundador del grupo lácteo, Calisto Tanzi asegura que recibieron durante 20 años "financiación" a cambio de favores, según ha trascendido de sus declaraciones, hasta el momento secretas.

Mientras los jueces y fiscales de Parma y Milán prosiguen las investigaciones y evalúan el alcance de estas denuncias, el Gobierno que preside Silvio Berlusconi ha aplazado hasta el próximo martes la aprobación de un decreto ley que refuerza los controles a las empresas y extrema la protección de los ahorradores.

La insolvencia de Parmalat, a la que una auditoría en curso atribuye un agujero provisional de 14.300 millones de euros, ha agudizado el caso de los inversores afectados por quiebras y bancarrota en Italia, calculados en unos 800.000. De forma paralela al proceso judicial, el comisario extraordinario nombrado por el Ejecutivo, Enrico Bondi, sigue tratando de reflotar la empresa y ahora está a la espera de recibir de los bancos un préstamo de 150 millones de euros.

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