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El Tau vence en el infierno griego y mete la directa hacia la Final Four

De la mano de Arvydas Macijauskas y Luis Scola, el Tau Cerámica ha logrado una agónica victoria frente al Olympiacos (83-85), en partido de la segunda jornada de la segunda fase de la Euroliga, que le permite soñar con la Final Four. El Pamesa consigue su primer triunfo en el top-16 al imponerse al Ulker Estambul (77-81), mientras que el Barcelona ha caído ante el Benetton de Treviso (67-77).

De la mano de Arvydas Macijauskas y Luis Scola, el Tau Cerámica ha logrado una agónica victoria frente al Olympiacos (83-85), en partido de la segunda jornada de la segunda fase de la Euroliga, que le permite soñar con la Final Four. El Pamesa consigue su primer triunfo en el top-16 al imponerse al Ulker Estambul (77-81), mientras que el Barcelona ha caído ante el Benetton de Treviso (67-77).

Crónica del Olympiacos 83 - Tau Cerámica 85

El Tau ha conseguido una importantísima victoria tras un final agónico, lo que deja las espadas en todo lo alto de cara al choque del próximo miércoles en Vitoria contra el CSKA de Moscú, en el que estará en juego el primer puesto del Grupo D. Un buen comienzo del equipo vitoriano en el Koridalos Sports Hall (2-6, m. 3), propiciado por el acierto anotador de Macijauskas, dio paso a una reacción de los helenos que dirige desde el banquillo Dragan Sakota, al pasarse a un 9-10 en el minuto 4, tras atascarse en ataque el conjunto español. Al final del primer cuarto se llegó con un parcial de 26-23 para los locales, después del tremendo bajón en defensa del equipo baskonista.

Todavía fueron peor las cosas en el inicio del segundo cuarto para los de Vitoria, ya que Giorgios Diamantopoulos se encargó de estirar el marcador para el Olympiacos (33-27, m. 13), lo que obligó a Dusko Ivanovic a meter dos bases en pista, lo que fue provechoso al hacerse un parcial de 6-14 en menos de tres minutos (33-37). Al descanso del encuentro se llegó con una renta de siete puntos para el equipo español, tras un oportuno triple del base argentino Pablo Prigioni, que fue seguido de otra canasta doble del húngaro Kornel David. En el tercer cuarto, recortaron la diferencia nuevamente los griegos aprovechando la lesión de José Manuel Calderón en la espalda, lo que le llevó al banquillo para ser atendido por el galeno baskonista, Alberto Fernández, para reaparecer casi al final del lance.

Un nuevo estirón en ataque por parte del Tau puso el marcador en un 48-56 (m. 26), aunque Dalibor Bagaric, el pivote balcánico-alemán del equipo ateniense, recortó diferencias al final del tercer cuarto (59-62). El último cuarto no fue apto para cardíacos, ya que cuando parecía que el Tau se escapaba en el luminoso (66-75, en el m. 35; y 75-80, en el m. 39), el Olympiacos, por medio de Liadelis y Boris Gorenc, puso la emoción en el recinto deportivo de El Pireo. Con un 82-85 en el electrónico a falta de dos segundos para el final del encuentro, el base ex-baskonista Christos Harissis tuvo dos lanzamientos desde la línea de personal, metiendo el primero (83-85) y tirando a errar el segundo, capturando el mismo el rebote y fallando, hasta que Nocioni atrapó el balón y se acabó el partido.


Crónica del Ulker Estambul 77 - Pamesa Valencia 81

Un cambio de actitud en defensa propició la reacción del Pamesa, al que su falta de concentración obligó a sufrir hasta el último momento y a decidir la victoria desde la línea de tiros libres, desde donde compensó la buena labor anotadora de Kutluay y Naumoski. El equipo valenciano no aprovechó la oportunidad de imponer su ritmo al encuentro en sus primeros compases y se contagió del perezoso juego de los turcos. Su inicial acierto desde la línea de tres puntos, le permitió sostenerse en el marcador, pero su defensa, falta de ímpetu, permitía al Ulker realizar cómodos ataques. Kutluay no desaprovechó la ocasión. El alero inició un festival desde la línea de tres puntos que desarboló por completo a un decaído Pamesa, que empeñado en decidir su futuro a base de triples, se estrelló una y otra vez contra una pasiva defensa zonal del Ulker.

Con una alarmante falta de ideas, el conjunto dirigido por Paco Olmos veía cómo el encuentro se le iba de las manos y cómo los pocos aficionados que habían acudido a presenciar el encuentro se crecían con la ventaja de su equipo. Tras el descanso, dos nuevos triples estuvieron a punto de noquear definitivamente al Pamesa (51-32, m.21). Pero el paseo por el borde del precipicio le hizo reaccionar y dos robos de balón, uno de Alejandro Montecchia y otro de Dejan Tomasevic, encabezaron una reacción que con un impresionante parcial de 1-25, le dio la vuelta al choque (52-57, m.27).

El Pamesa cambió su imagen completamente y la agresividad defensiva fue la clave. En ataque bien dirigido por sus dos bases, Robert Pack y Montecchia, aprovechó el acierto en el tiro exterior de este último para dejar el camino a libre a Fabricio Oberto. Un inspirado Kutluay acudió para rescatar a su equipo y el encuentro entró empatado en los últimos minutos pero la aguerrida defensa de Pack desgastó al alero turco. Además, la confianza del Ulker parecía resquebrajada. Pero la tenacidad de Naumoski y la falta de concentración del Pamesa, hicieron que no supiera defender una ventaja que parecía definitiva. Tuvo que sufrir hasta el final y asegurar su primer triunfo en el top-16 gracias a la seguridad de Pack y Montecchia, sus mejores jugadores, desde la línea de tiros libres.


Crónica del Barcelona 67 - Benetton de Treviso 77

El Benetton de Treviso, sobre todo su base Tyus Edney, se ha cobrado revancha en la primera oportunidad que tuvo de vengar la derrota en la última final de la Euroliga e hizo que el campeón, el Barcelona, que en esta ocasión estaba seriamente tocado por las lesiones, tirase medio billete para la Final Four de Israel de este año, en la que debería luchar por reeditar el título. El valor del triunfo en la primera jornada de la segunda fase del torneo en la pista del Montepaschi ha quedado desvirtuado por esta derrota en casa, algo que se ha demostrado como imperdonable en el top-16. Además, la diferencia final (67-77) complica mucho las cosas a los azulgrana en caso de que el pase a la Final Four se decida por la diferencia de puntos.

Los barcelonistas, sin jugadores clave en aquella cita del Sant Jordi como Gregor Fucka o con otros como Juan Carlos Navarro muy tocados, prácticamente tiraron por la borda el partido en sus dos primeros períodos, especialmente en el segundo, en el que únicamente fueron capaces de anotar once puntos. La falta de recursos en ataque de los azulgrana fue la base sobre la que el Benetton cimentó su superioridad en esa y en buena parte de las fases del encuentro. El equipo de Svetislav Pesic fue incapaz de encontrar vías de agua en la zona que plantó Etore Messina y tanto Tyus Edney como Marcelo Nicola desequilibraron desde la línea de tres puntos. Las primeras ventajas del Barcelona (10-6) se vinieron abajo con un parcial de 0-9, culminado con un triple de Nicola, que puso por delante al Benetton (10-12) tras el anecdótico 0-2 inicial. Mientras el conjunto italiano explotaba su perímetro, al español se le agotaban las ideas ante la defensa rival y su principal recurso fueron lanzamientos de tres puntos muy forzados de Anderson Varejao que no tuvieron el más mínimo éxito.

Con 13-18 concluyó el primer período y, en el segundo, las máximas a favor del Benetton se fueron sucediendo hasta que Pesic solicitó un tiempo muerto en el minuto dieciséis. El serbio se sacó de la chistera un curioso quinteto, con Dejan Bodiroga en la posición de cuatro y Víctor Sada como escolta con el que pretendía desconcertar a su rival. Pero si en la final del Palau Sant Jordi una estrategia de ese tipo, en aquel caso la de frenar con sus dos jugadores más altos -Patrick Femerling y Roberto Dueñas- a los ala-pívots Nicola y Garbajosa, le surtió efecto, en esta ocasión Messina no venía dispuesto a dejarse sorprender. Al descanso se llegó con una diferencia de quince puntos (24-39), pero el público quiso en la reanudación engancharse al partido y recuperar el protagonismo que tuvo en la Final Four. El apoyo de la afición sirvió para que Dejan Bodiroga anotase sus primeros dos puntos, para que también lo hiciese Juan Carlos Navarro y para enlazar un parcial de 0-6 que reducía la desventaja a nueve puntos (32-41).

Messina respondió con el mismo arma de la primera mitad, aquella zona 2-3 que, una vez más, se le atragantó al Barcelona, hasta encajar un 0-9 en contra que situó una máxima de 32-50 en el marcador. Tyus Edney sacó toda la rabia que acumulaba desde la Final Four y dirigió a la perfección el ataque, obligando a Pesic a inventarse otra vez algún as de la manga. En esta ocasión fue el de poner muchos centímetros en la pista, con Femerling, Varejao, Bodiroga y Drejer, el fichaje del que todavía poco se ha podido ver, en el quinteto. La situación, sin embargo, tampoco varió en esta ocasión y las máximas llegaron ya a los diecinueve puntos (34-53, min.27, 41-60, min.29 y 48-67, min.34). Marcelo Nicola era el complemento perfecto de Edney en la línea de tres puntos y Messina se sabía vengado, aunque el público del Palau Blaugrana intentó darle un último empujón a su equipo.

El aliento de la afición permitió reducir las diferencias a once puntos a tres minutos del final (59-70), un resultado que tampoco concedía demasiadas esperanzas, pero era el clavo ardiendo al que se acogieron por unos instantes los seguidores barcelonistas. Ettore Messina, que solicitó un tiempo muerto, quizá pasó un poco de miedo, pero Tyus Edney tenía grabada la final del Palau Sant Jordi en la memoria y propició un parcial de 0-4 que enmudeció el pabellón. Edney temporalizó a su interés los minutos finales y el Benetton arrancó finalmente una victoria que le asegura prácticamente la diferencia de puntos, le redime de su derrota en la primera jornada ante el Montepaschi y deja muy tocado al que se presume como su principal rival por el único billete en juego para Israel.

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