L D (EFE) El ímpetu con el que el equipo hispano afrontó el duelo se tradujo en una incesante presión inicial que ahogó a los holandeses. El sistema había dado unos excelentes resultados al bloque de Maurits Hendriks en los enfrentamientos previos. Y la intención era prolongar la estrategia también en la final.
Aparentemente la puesta en escena dio resultado. Y una jugada de Santi Freixa por la banda derecha amenazaron la meta de Guus Vogels. Sin embargo, Holanda no se dejó intimidar ante esta situación. El conjunto de Terry Walsh poco a poco frenó el impulso de España y se adueñó del encuentro.
El cuadro holandés tomó el terreno y adoptó una posición totalmente dominante. Hasta el extremo de convertir al meta Bernardino Herrera en el mejor integrante local durante muchos minutos, especialmente en los dos penaltis corners ejecutados por el vigente campeón olímpico y por medio de Teun de Nooijer, que el meta resolvió con dos meritorias intervenciones.
El panorama varió para España, obligado a emplear sus armas a base de contraataques. Así anotó el primer gol. Pol Amas aprovechó una indecisión del mediocampo holandés y ejecutó una veloz acción por la derecha,sorteó a dos defensas rivales y asistió a Freixa, quién a puerta vacía adelantó a los anfitriones al borde del intermedio. Con mayor tensión irrumpió el segundo acto. Holanda empezó a hacer uso de acciones precipitadas, excesivamente aceleradas para neutralizar la ventaja hispana. El énfasis en sus acciones propició la exclusión temporal -por tarjeta amarilla- de Lomans y el cuadro de Hendrinks lo intentó aprovechar.
La superioridad española animó a España que acechó la meta de Vogels. Los holandeses se resguardaron en su defensa hasta que recuperaron su calidad y en una contra lograron el empate. Una indecisión en el ataque local destinó la bola hacia de Nooijer. La ejecución fue perfecta pues encaró perpendicularmente a Herrera y de un disparo seco batió al meta.