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La Policía italiana inspecciona decenas de iglesias tras hallar en una de ellas una bomba minúscula

La Policía italiana está rastreando decenas de iglesias en las regiones nororientales del Veneto y Friuli, tras hallar en un templo de la localidad de Portogruaro un pequeño artefacto explosivo escondido bajo el cojín de un reclinatorio.

L D (EFE) Como en anteriores ocasiones se sigue la pista de un misterioso personaje conocido como el "Unabomber" italiano, que desde 1994 mantiene en jaque a las fuerzas de seguridad con la periódica colocación de pequeñas bombas en los más dispares objetos, desde un tubo de mayonesa, a un huevo, una vela o un rotulador.

El último caso que ha disparado la alarma fue el hallazgo este viernes en el reclinatorio de un banco de la iglesia de Santa Inés de Portogruaro, provincia de Venecia, de un ingenio explosivo de apenas diez centímetros, cargado de pólvora y con una pila como detonador. La mujer de la limpieza encontró el minúsculo artefacto al notar un corte sobre el cojín del reclinatorio y se lo entregó al párroco pensando que podría tratarse de un mechero.

Tras percatarse la Policía de que se trataba de un artefacto parecido a los que en los últimos años se han encontrado o han hecho explosión en la zona, puso en marcha una operación de control en otras iglesias. La pista parece conducir de nuevo al "Unabomber" italiano, del que existe desde hace tiempo un retrato robot, que le representa como un hombre de entre 35 y 50 años, experto en explosivos y química, que suele actuar en días festivos y sin objetivos precisos.

Pese a que existe un precedente en 1978 de una pequeña bomba introducida en un transistor, su primera actuación documentada data de 1994, en que explotó un tubo cilíndrico, el primero de una larga serie hasta el año 2000, que causaron varios heridos. En ese mismo año 2000 se encontró un explosivo en una caja de huevos y otros dos en sendos tubos de mayonesa y tomate, uno de los cuales le causó la amputación de una mano a una mujer. Al año siguiente hizo explosión una vela colocada en un cementerio y en 2002 un frasco de crema de avellanas. Dos niños resultaron también heridos en esos años, en un caso con lesiones graves en un ojo y una mano, por la deflagración de un tubo para hacer pompas de jabón y un rotulador.

La "caza" de "Unabomber" se lleva a cabo desde entonces de forma infructuosa, pese a la colaboración del FBI norteamericano, que aportó su experiencia en la detención en EEUU del genuino Unabomber, John Theodore Kaczynski, que durante 17 años mantuvo en vilo a la policía de ese país.

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