L D (EFE) "Eso es una insinuación inaceptable. El proyecto nuclear brasileño tiene como objetivo el uso exclusivo para fines pacíficos", ha dicho el ministro brasileño de Ciencia y Tecnología, Eduardo Campos, en declaraciones publicadas por el diario O Globo.
Con esta declaración respondía a un artículo publicado el domingo por el diario estadounidense The Washington Post en el que se acusa a Brasil de haber impedido a los fiscales de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) inspeccionar una unidad de enriquecimiento de uranio en la ciudad de Resende.
El ministro aseguró que los inspectores realizaron hace un mes una visita a las instalaciones de la Industria Nuclear Brasileña en la referida ciudad, situada en el Estado de Río de Janeiro, y tuvieron acceso tanto al uranio que ingresó a la unidad como al que salió.
Campos dijo que Brasil sólo negó acceso a la estación centrífuga que produce el uranio enriquecido, que el país desarrolló con tecnología propia en los últimos 20 años y a un costo de cerca de 1.000 millones de dólares.
"No estamos obligados ni podemos mostrar la tecnología brasileña"
"El enriquecimiento de uranio es auditado, pero no estamos obligados ni podemos mostrar la tecnología brasileña. Esa tecnología costó muchas investigaciones y recursos al país. No podemos dejar de protegerla", aseguró Campos, tras recordar que los países signatarios de los tratados nucleares, como el suyo, no están obligados a mostrar sus tecnologías.
Luego de reafirmar que Brasil sólo pretende proteger su tecnología, el ministro negó que el país esté desarrollando armas nucleares, y dijo que nadie puede poner en duda las intenciones pacíficas del proyecto nuclear brasileño, que, afirmó, está destinado a aplicaciones en el área energética.
"Nuestra Constitución determina que el proyecto nuclear tiene uso exclusivo para fines pacíficos, y somos signatarios del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares", agregó.
Por su parte, y en declaraciones al diario O Estado de Sao Paulo, el embajador de Brasil en Washington, Roberto Abdenur, aseguró que, con su instalación centrífuga, Brasil sólo pretende producir en el país el combustible para sus dos centrales nucleares de generación eléctrica."No podemos aceptar esas insinuaciones, y nos ofenden cuando nos colocan en la misma cesta que a Irán y Corea del Norte", afirmó el diplomático.
Según The Washington Post, la disputa entre Brasil y la Agencia Internacional de la Energía Atómica refleja los temores de que esté germinando una nueva carrera armamentista, esta vez con el desarrollo de tecnologías para la producción de energía nuclear, que guarda el potencial para la fabricación de armas nucleares.
La polémica, agrega el rotativo, se produce en momentos en que Estados Unidos quiere prevenir la proliferación nuclear y ha pedido restricciones a los programas de enriquecimiento de uranio, incluso si es destinado a fábricas generadoras de energía eléctrica.
Analistas consultados por el diario estadounidense abogaron por que EEUU y la ONU restringieran el programa brasileño, o que al menos insistiera en las inspecciones, porque de lo contrario se corre el riesgo de enviar un mensaje equivocado a países como Irán y Corea del Norte.