L D (EFE) Los manifestantes pretenden recorrer el tramo del primer día del secuestro, ocurrido el 11 de abril de 2002, desde el centro de Cali, capital del Valle (suroeste), hasta una zona montañosa vecina, de difícil acceso.
En la marcha participan, además de los familiares de los doce diputados del legislativo regional, "alcaldes de distintos municipios, dirigentes políticos, senadores, representantes, concejales y actuales diputados", según Fabiola Perdomo, portavoz de las familias de los rehenes. Los manifestantes el camino hacia Los Farallones, la cadena montañosa en la que hay asentadas varias pequeñas localidades rurales y en una de ellas, Pichindé, se celebrará una misa.
Hace dos años, terroristas de las FARC invadieron la sede de la Asamblea, en pleno centro de Cali, con uniformes policiales y militares, y en medio de algunas explosiones, engañaron a los diputados diciéndoles que debían evacuar el edificio. Los doce políticos fueron obligados a subir a un autobús, con el pretexto de que recibirían protección ante la amenaza de más bombas.
Los secuestrados pasaron su primera noche en Pichindé, una pequeña localidad en Los Farallones, a la que intentan llegar ahora los familiares y acompañantes. Los familiares abogan por un acuerdo humanitario que permita la puesta en libertad de los secuestrados. Las FARC mantienen a los diputados del Valle en una lista de personalidades que consideran "canjeables", con el propósito de lograr un "acuerdo humanitario" con el Ejecutivo.
En la marcha participan, además de los familiares de los doce diputados del legislativo regional, "alcaldes de distintos municipios, dirigentes políticos, senadores, representantes, concejales y actuales diputados", según Fabiola Perdomo, portavoz de las familias de los rehenes. Los manifestantes el camino hacia Los Farallones, la cadena montañosa en la que hay asentadas varias pequeñas localidades rurales y en una de ellas, Pichindé, se celebrará una misa.
Hace dos años, terroristas de las FARC invadieron la sede de la Asamblea, en pleno centro de Cali, con uniformes policiales y militares, y en medio de algunas explosiones, engañaron a los diputados diciéndoles que debían evacuar el edificio. Los doce políticos fueron obligados a subir a un autobús, con el pretexto de que recibirían protección ante la amenaza de más bombas.
Los secuestrados pasaron su primera noche en Pichindé, una pequeña localidad en Los Farallones, a la que intentan llegar ahora los familiares y acompañantes. Los familiares abogan por un acuerdo humanitario que permita la puesta en libertad de los secuestrados. Las FARC mantienen a los diputados del Valle en una lista de personalidades que consideran "canjeables", con el propósito de lograr un "acuerdo humanitario" con el Ejecutivo.