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El Real Madrid rompe el factor cancha ante el Estudiantes y empieza tomando ventaja (85-87)

Emocionante comienzo de los play-offs de la Liga ACB. El Palacio de Vistalegre ha vivido la sufrida victoria del Real Madrid sobre el Adecco Estudiantes después de que el encuentro llegase a la prórroga. Los madridistas toman ventaja y rompen el factor cancha. Este viernes se disputarán los otros tres primeros partidos de cuartos de final: Tau Cerámica-DKV Joventut, Barcelona-Auna Gran Canaria y Pamesa Valencia-Unicaja.
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L D (EFE) Cuatro tiros libres de Elmer Bennett han inaugurado el casillero del Madrid en los cuartos de final de los play-offs de la ACB contra el Estudiantes y, de paso, consuma su primera victoria como visitante en esta ronda desde que se impuso la fórmula de partidos alternos.

Felipe Reyes y Carlos Jiménez prendieron la chispa del primer partido del derbi madrileño de cuartos. Los dos internacionales colegiales tiraron del Estudiantes en medio de un sospechoso ambiente de frialdad en Vistalegre. Demasiada poco intensidad, poca presión, algo faltaba, ni colegiales ni blancos eran los mismos que en las semifinales de la Copa ULEB. El pequeño de la saga Reyes y Kambala libraron un particular duelo durante esos primeros minutos. Sin embargo, ninguno logró arrastrar a los suyos detrás de ellos. Los seis primeros puntos locales los firmó el hermano de Alfonso. Seis de los ocho iniciales del Real Madrid, el pívot báltico.

Esa fase de tanteo sabía a poco hasta que Carlos Jiménez se soltó el pelo. Cuajó una recta final del primer cuarto demoledora. Anotó once puntos de tacada y dio forma a un parcial de 11-2 (de 12-17 a 23-19). Aún así, el partido seguía edulcorado. Apenas podía apreciarse el sabor clásico de los derbis. El Estudiantes dominaba con un hombre destacado dentro y otro fuera de la pintura. El Madrid se había centrado en el perímetro. Las rotaciones locales terminaron por cambiar completamente el quinteto inicial al comienzo del segundo cuarto mientras que los blancos dosificaban más su movimiento de banquillo y, fruto de esa continuidad, y del acierto desde el arco de triples, completaron diez minutos de control absoluto hasta el descanso. El parcial (11-26) lo dice todo.

Con todo, la diferencia acumulada por los hombres de Julio César Lamas para afrontar la segunda parte todavía dejaba el partido abierto (34-45); eso sí, en caso de que los estudiantiles encontrasen alguna forma de responder a un rival donde Fotsis y Antonio Bueno habían puesto la solidez que le faltó al principio. Bueno cometió la cuarta nada más empezar el tercer cuarto. Le sustituyó el irlandés Pat Burke, pero el Madrid no lo acusó. Los triples, de nuevo, le mantenían en franquía. Alberto Herreros, con el cuarto de su cuenta, en la que no había ni tiros libres ni canastas dobles a los veinticuatro minutos, puso trece tantos de distancia cuando la grada y la pista empezaban a vibrar en clave de auténtico derbi (40-53).

En ese ambiente resurgió el Estudiantes. La greña parece irle bien. Le puso las pilas, aunque todo lo que consiguió, mientras los madridistas apretaban los dientes en defensa para parar sus constantes cargas, fue limar ligeramente el déficit acumulado (57-64). Lo valioso es que fue capaz de hacerlo tras un horroroso segundo cuarto y que, desde luego, le devolvía opciones. Nikola Loncar hizo realidad esas opciones a seis minutos del final al convertir el triple que daba el empate a los azules (69-69). La serie había sido de 12-5. El Madrid, ahora si, notaba la presión, pero se la sacó de encima. Cuando más calientes estaban las cosas supo adelantarse otra vez (69-76) en medio de un choque ya sin concesiones, trabado, duro y ajustado. También los locales supieron levantarse contra la adversidad. Total, a poco más de un minuto para la bocina, otro empate (76-76). Era dramático. Herreros sacó la casta de ganador y se atrevió con el triple del todo o nada. Lo metió (77-79). No se había terminado.

Iker Iturbe forzó la falta de la salvación colegial. Acertó con los libres y Burke falló el tiro del Madrid para romper el empate. A la prórroga. La tercera consecutiva de los blancos -Etosa Alicante y Fuenlabrada antes. En el tiempo añadido los errores convirtieron el triunfo en una cuestión de pura lotería. La suerte sonrió al Madrid. Burke firmó la última igualada desde la línea de personal (83-83). Loncar falló con el triple cuando quedaban 27 segundos. Elmer Bennett arrancó la falta en una penetración endiablada y metió los dos libres (83-85). Con seis segundos pendientes el estadounidense le hizo personal a Iturbe. Este desperdició su primer intento. Bennett repitió desde la personal y, ahí, definitivamente, agotó la respiración colegial. El sábado, segundo asalto en el Raimundo Saporta.

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