En el período inicial, un Tau desconocido encajó demasiados puntos (23) ante el desconcierto defensivo de sus hombres a la hora de tratar de anular a Zan Tabak, que junto con los triples de Carles Marco y los movimientos de Radulovic, jugando de ala-pívot, hicieron que el equipo de Badalona se escapara con un 18-23. En el segundo cuarto, todavía se pondrían peor las cosas para los de Dusko Ivanovic, ante su evidente falta de ritmo y la ausencia del lesionado Kornel David, lo que llevó a la Penya a obtener una ventaja de nueve puntos en el minuto 14 (23-32), tras el acierto ofensivo de hombres como Paco Vázquez, Alfons Alzamora y Kaniel Dickens.
El desconcierto defensivo y ofensivo del equipo baskonista, junto con las continuas pérdidas de balones, fueron en aumento al filo del descanso. Ni Macijauskas, ni Sergi Vidal, ni un hombre siempre tan fiable como Chapu Nocioni tuvieron su día en esta primera mitad de la jornada inaugural del play-off de cuartos de final, al estar negados en ataque. Al intermedio, un 35-44 para los de Aíto García Reneses, con muy malos porcentajes para los locales, mientras que el DKV anotó un 68 por ciento en dobles , un 36 por ciento en triples y un 60 por ciento en tiros libres. En el m. 24, el Joventut consiguió su máxima renta en el tanteador ante el cúmulo de errores de los locales, en cuanto a pérdidas de balones y faltas personales.
Con un quinteto atípico en pista (Gabini, Betts y Carraretto, junto con Nocioni y Calderón), el Tau metió mucha presión a los catalanes a partir del 27, al entonarse mucho en defensa y con un Marco Carraretto inspirado desde fuera del perímetro. Un resucitado Nocioni, con dos triples casi seguidos, apretó todavía más el marcador tras apelar a la heroica el equipo alavés merced a las aportaciones de Gabini y Carraretto, sobre todo éste, y a la buena labor en defensa de Betts, junto con los muchos rebotes de ataque capturados. Como remate, Calderón, con una canasta doble casi sobre la bocina, empató el choque al término del tercer cuarto.
El último cuarto fue electrizante desde su inicio, con una gran intensidad defensiva por parte del Tau y los mismos cinco hombres autores de la remontada sobre la cancha. Todavía habría más emociones, ya que Rudy Fernández puso el marcador en un apretado 67-66 con un triple y los tres minutos finales acrecentaron el suspense en la pista y en las gradas. Un triple de Kaniel Dickens volvió a poner la igualdad en el luminoso (73-73), a falta de un minuto para el final. Con quince segundos por jugar y un 74-73 en el electrónico, perdió el balón la Penya y Luis Scola fue objeto de una falta antideportiva por parte de Zan Tabak, lo que ya sentenció el encuentro para el Tau.
El partido comenzó con cierta igualdad en el marcador, gracias a una alternancia de canastas entre el barcelonista Gregor Fucka y el jugador canario Fran Vázquez, aunque dos triples consecutivos de los amarillos (obra de Roberto Guerra y Marcus Goree) le dieron el mando del partido a los visitantes. El equipo grancanario llegó a marcharse de ocho puntos a falta de un minuto para el final del primer cuarto (12-20), pero dos canastas consecutivas de Fucka y Patrick Femerling redujeron las distancias a cuatro (16-20).
El segundo período fue un suplicio para los canarios, ya que en los primeros cinco minutos sólo anotaron una canasta (de Patricio Reynés) y llegaron a estar seis puntos por debajo (30-24). Pero cinco puntos consecutivos de Jason Klein y uno de Guerra dejaron otra vez las distancias en un pañuelo al llegar al descanso (33-32). Un horroroso inicio de la segunda parte del Barcelona permitió al Auna ir aumentando sus ventajas hasta llegar a ganar de 18 puntos en el minuto 27 (39-57), después de un increíble parcial a su favor de 0-14. Pero entonces apareció Navarro, el Barcelona aumentó su presión defensiva hasta la extenuación y logró adelantarse por primera vez a tres minutos del final (68-67). Entonces se jugó la suerte en un cara o cruz final que resolvió Fucka del lado azulgrana.
En la reanudación, Bullock siguió hurgando en la herida que había abierto en la confianza del Pamesa y encontró una buena ayuda en la intensidad de Sonko y en la versatilidad de Larry Lewis. Los locales en vez de buscar soluciones se enzarzó en inútiles polémicas arbitrales. Quiso culminar su brillante remontada el Unicaja con una defensa zonal, pero Rigaudeau y Ale Montecchia afinaron la puntería y dieron aire a un Pamesa que, sin conseguir frenar a un inspiradísimo Bullock, no bajó ni un ápice su intensidad defensiva. Nada parecía poder frenar al genial base estadounidense, que llegó a poner por delante a su equipo, pero cuando el Pamesa parecía estar contra las cuerdas, reaccionó gracias a Oberto. Tras ver tan cerca el triunfo y dejarlo escapar, el Unicaja se desmoronó. Perdió tres balones seguidos y firmó su propia sentencia.