L D (EFE) Da lo mismo que haga sol o diluvie, como ocurría en el final de esta sexta etapa, entre Spoleto y Valmontone, a unos 40 kilómetros al sur de Roma. Petacchi ha vuelto a ganar con autoridad, en un esprint que no tuvo mayor historia que saber quién iba a ser el segundo, pues tras la neutralización del campeón del mundo, el español Igor Astarloa, que intentó la escapada a falta de dos kilómetros, la locomotora del Fassa Bortolo apretó los "cigüeñales" y llevó en volandas a Petacchi.
Ha sido un triunfo más fácil de lo que esperaba Petacchi, como decía después, pues el Rey León (Mario Cipollini) sigue renqueante y los australianos Robbi McEwen y Bradley McGeen se arrugaron con la lluvia. Sólo el alemán Olaf Pollack logró seguir su estela desde lejos para repetir así el segundo puesto de la etapa del jueves, que ganó McEwen.
Petacchi ha invertid en el viaje de 164 kilómetros un tiempo de cuatro horas y 55 segundos, el mismo tiempo que Pollack y el argentino Alejandro Alberto Borrajo dando tiempo al grupo principal. La general no sufre cambios en sus primeros puestos y, por cuarto día consecutivo, el italiano Gilberto Simoni sigue (Saeco) al frente seguido de su compatriota y compañero Damiano Cunego, a 13 segundos, y del ucraniano Yaroslav Popovych a 21.
En los prolegómenos de la salida, el comentario general se centraba en la noticia de que cuatro personas habían sido detenidas acusadas de ser las que facilitaban drogas a Marco Pantani, fallecido el pasado 14 de febrero en un hotel de Rímini en extrañas circunstancias. El suceso restaba protagonismo al piloto de Fórmula Uno Jarno Trulli, tercero en el reciente Gran Premio de España, y que se acercaba a la salida para saludar a sus ídolos y amigos del pelotón, ya que es un gran aficionado al deporte de la bicicleta.
La sexta etapa, denomina la "jornada de la solidaridad", tuvo un desarrollo que se ajustó al guión; es decir, un terreno ideal para aventureros y esprinters al ser prácticamente llano, especialmente en su segunda mitad, donde el mayor enemigo fue la lluvia. Hubo numerosas escapadas que no prosperaron, pues primero los componentes del Saeco de Simoni y luego el Fassa de Petacchi se encargaron de echarlas abajo cuando se les antojó. La fuga del día la protagonizaba el italiano Fortunato Bailiani. Se fue hacia el kilómetro 72 y llegó a tener hasta casi cinco minutos de ventaja, pero fue neutralizado en el 143. Fue la escapada de la jornada, que no tuvo la repercusión de otras ocasiones, pues Cipollini puso su granito de interés, ya que durante todo el día se pasó haciendo la goma: tan pronto entraba en el grupo como se quedaba. En los kilómetros finales, los componentes del Fassa iban a bloque, a pesar de la lluvia y el resto a su rueda. El mas valiente, el que intentó romper esa hegemonía fue Astarloa, pues a falta de dos kilómetros daba un tirón y se quedaba solo en cabeza. Pero no valió: a unos 700 metros para el final, Petacchi y los suyos lo superaban con claridad volviendo a imponer su ley y llevándose la victoria.
Este sábado se disputará la séptima etapa, entre Frosinone (alrededores de Roma) y el alto de Montevergine de Mercogliano, de 214 kilómetros de recorrido. Será la segunda llegada en alto de las tres con que cuenta la presente edición. La jornada impone respeto por los muchos kilómetros de viaje y por las carreteras sinuosas y con firme en mal estado en muchos tramos, con numerosos toboganes, aunque tan sólo el alto de la llegada y el Monteforte, de segunda y como aperitivo al tramo final, pondrá emoción ya que su cúspide está a 20 kilómetros. Muchas trampas antes de llegar a los 17 kilómetros finales, a la ascensión del Montevergine, un alto muy tendido teniendo su parte más dura al principio, con desniveles que llegan hasta el diez por ciento, mientras que la pendiente media es del cinco por ciento.
Ha sido un triunfo más fácil de lo que esperaba Petacchi, como decía después, pues el Rey León (Mario Cipollini) sigue renqueante y los australianos Robbi McEwen y Bradley McGeen se arrugaron con la lluvia. Sólo el alemán Olaf Pollack logró seguir su estela desde lejos para repetir así el segundo puesto de la etapa del jueves, que ganó McEwen.
Petacchi ha invertid en el viaje de 164 kilómetros un tiempo de cuatro horas y 55 segundos, el mismo tiempo que Pollack y el argentino Alejandro Alberto Borrajo dando tiempo al grupo principal. La general no sufre cambios en sus primeros puestos y, por cuarto día consecutivo, el italiano Gilberto Simoni sigue (Saeco) al frente seguido de su compatriota y compañero Damiano Cunego, a 13 segundos, y del ucraniano Yaroslav Popovych a 21.
En los prolegómenos de la salida, el comentario general se centraba en la noticia de que cuatro personas habían sido detenidas acusadas de ser las que facilitaban drogas a Marco Pantani, fallecido el pasado 14 de febrero en un hotel de Rímini en extrañas circunstancias. El suceso restaba protagonismo al piloto de Fórmula Uno Jarno Trulli, tercero en el reciente Gran Premio de España, y que se acercaba a la salida para saludar a sus ídolos y amigos del pelotón, ya que es un gran aficionado al deporte de la bicicleta.
La sexta etapa, denomina la "jornada de la solidaridad", tuvo un desarrollo que se ajustó al guión; es decir, un terreno ideal para aventureros y esprinters al ser prácticamente llano, especialmente en su segunda mitad, donde el mayor enemigo fue la lluvia. Hubo numerosas escapadas que no prosperaron, pues primero los componentes del Saeco de Simoni y luego el Fassa de Petacchi se encargaron de echarlas abajo cuando se les antojó. La fuga del día la protagonizaba el italiano Fortunato Bailiani. Se fue hacia el kilómetro 72 y llegó a tener hasta casi cinco minutos de ventaja, pero fue neutralizado en el 143. Fue la escapada de la jornada, que no tuvo la repercusión de otras ocasiones, pues Cipollini puso su granito de interés, ya que durante todo el día se pasó haciendo la goma: tan pronto entraba en el grupo como se quedaba. En los kilómetros finales, los componentes del Fassa iban a bloque, a pesar de la lluvia y el resto a su rueda. El mas valiente, el que intentó romper esa hegemonía fue Astarloa, pues a falta de dos kilómetros daba un tirón y se quedaba solo en cabeza. Pero no valió: a unos 700 metros para el final, Petacchi y los suyos lo superaban con claridad volviendo a imponer su ley y llevándose la victoria.
Este sábado se disputará la séptima etapa, entre Frosinone (alrededores de Roma) y el alto de Montevergine de Mercogliano, de 214 kilómetros de recorrido. Será la segunda llegada en alto de las tres con que cuenta la presente edición. La jornada impone respeto por los muchos kilómetros de viaje y por las carreteras sinuosas y con firme en mal estado en muchos tramos, con numerosos toboganes, aunque tan sólo el alto de la llegada y el Monteforte, de segunda y como aperitivo al tramo final, pondrá emoción ya que su cúspide está a 20 kilómetros. Muchas trampas antes de llegar a los 17 kilómetros finales, a la ascensión del Montevergine, un alto muy tendido teniendo su parte más dura al principio, con desniveles que llegan hasta el diez por ciento, mientras que la pendiente media es del cinco por ciento.