LD (EFE) En el ejercicio fiscal que terminó el pasado 31 de marzo, las ventas de Mitsubishi Motors fueron unos 21.820 millones de dólares, lo que supuso un descenso anual del 35,1 por ciento.
La empresa japonesa, que atraviesa una larga crisis debido a un escándalo de ocultación de desperfectos, registró unas pérdidas en sus operaciones de unos 842 millones de dólares. Antes de impuestos las pérdidas fueron de unos 959 millones de dólares.
Al anunciar sus resultados anuales, Mitsubishi dio a conocer un plan de reestructuración en el que se incluye una reestructuración laboral gradual hasta 2006, equivalente al 30 por ciento de los empleos ajenos a la manufactura.
Este plan menciona también el traslado de su sede de Tokio a Kioto, la antigua capital nipona, y una inyección de capital de unos 450.000 millones de yenes (3.900 millones de dólares) procedente de las firmas del grupo industrial Mitsubishi. Así mismo, la planta de motores en Australia cerrará el próximo año y la producción de vehículos en ese país será reducida hasta las 30.000 unidades.
El socio mayoritario de Mitsubishi Motors, la empresa alemana DaimlerChrysler, anunció el mes pasado que no incrementará su capital en la empresa nipona que trató de rehabilitar tras la compra de un 37 por ciento de su capital. La entrada de DaimlerChrysler en Mitsubishi Motors tuvo lugar en 2000 poco después de que el fabricante nipón reconociera que había ocultado sistemáticamente los defectos de sus automóviles durante más de 30 años.
La empresa japonesa, que atraviesa una larga crisis debido a un escándalo de ocultación de desperfectos, registró unas pérdidas en sus operaciones de unos 842 millones de dólares. Antes de impuestos las pérdidas fueron de unos 959 millones de dólares.
Al anunciar sus resultados anuales, Mitsubishi dio a conocer un plan de reestructuración en el que se incluye una reestructuración laboral gradual hasta 2006, equivalente al 30 por ciento de los empleos ajenos a la manufactura.
Este plan menciona también el traslado de su sede de Tokio a Kioto, la antigua capital nipona, y una inyección de capital de unos 450.000 millones de yenes (3.900 millones de dólares) procedente de las firmas del grupo industrial Mitsubishi. Así mismo, la planta de motores en Australia cerrará el próximo año y la producción de vehículos en ese país será reducida hasta las 30.000 unidades.
El socio mayoritario de Mitsubishi Motors, la empresa alemana DaimlerChrysler, anunció el mes pasado que no incrementará su capital en la empresa nipona que trató de rehabilitar tras la compra de un 37 por ciento de su capital. La entrada de DaimlerChrysler en Mitsubishi Motors tuvo lugar en 2000 poco después de que el fabricante nipón reconociera que había ocultado sistemáticamente los defectos de sus automóviles durante más de 30 años.