L D (EFE) Schumacher (Ferrari) se anotó la octava victoria en nueve Grandes Premios, la septuagésima octava de su carrera en Fórmula Uno. El brasileño Rubens Barrichello acabó segundo y firmó un nuevo doblete con su jefe, el vigésimo primero que hacen juntos, seis de ellos durante esta temporada. Los últimos tres, consecutivos. Y en esta ocasión les acompañó en el podio Takuma Sato (BAR-Honda), primer japonés que sube a un cajón en la F1, en una carrera plagada de incidentes y en la que Alonso (Renault) demostró que tiene un talento tan grande como la mala suerte que le ha perseguido durante los últimos Grandes Premios.
El español volvió a exhibirse en la salida, con una arrancada hacia la izquierda, luego a la derecha y de nuevo a la izquierda que remató con un exterior a Sato en la primera curva, con lo que pasó de la novena plaza que había conseguido en la calificación a la tercera, por detrás de los Ferrari de Barrichello, que salió desde la 'pole', y de Schumacher. Tras la primera curva se produjo el incidente entre el austríaco Christian Klien (Jaguar), Felipe Massa (Sauber) y el italiano Gianmaria Bruni (Minardi), que provocó la primera salida a pista del coche de seguridad, que circuló hasta pasada la quinta vuelta, en cuya recta inicial "Schumi" superó a su compañero paulista.
Y tres más adelante, cuando aceleraba en tercera posición, al bólido de Alonso se le reventó la rueda trasera derecha en la recta de meta, cuando rodaba a unos 340 kilómetros a la hora. Por fortuna, al español no le pasó nada, aunque la mala suerte se volvió a cebar con el conductor más joven de la historia en ganar un gran Premio (en Hungría, el año pasado), único nacional que lo ha logrado hasta la fecha. La de Indianápolis fue la cuarta carrera consecutiva en la que Alonso sufre algún contratiempo cuando pilota en dirección -como mínimo- al podio. Poco después del accidente de Alonso, se produjeron los de Ralf, al final de la décima vuelta -sin mayores consecuencias, aunque el alemán fue trasladado en ambulancia a un hospital de la capital de Indiana para ser reconocido.
La pista tuvo que ser limpiada y a Barrichello le pilló a contrapie el incidente, ya que tras su primera entrada en boxes se reordenó en sexta posición, dos puestos detrás de Montoya (el colombiano comenzó la carrera desde la línea de 'boxes', adonde tuvo que entrar corriendo en busca del coche reserva), que era cuarto, tras "Schumi" y los dos BAR-Honda del inglés Jenson Button y de Sato. Tras la décima novena vuelta, el coche de seguridad se retiró y la carrera vivió momentos de emoción con los ataques del japonés a Schumacher. Button paró en la 24 -cuatro antes de 'romper'- y Sato una más tarde, con lo que Montoya pasó a ocupar la segunda plaza provisional.
El bogotano paró en el giro 35, momento en el que subió al tercer puesto de la carrera el italiano Jarno Trulli, el compañero de Alonso, el único que ha contestado el dominio de Schumacher, al ganar en Montecarlo. "Schumi" paró en la 42 y Trulli cuatro vueltas más adelante, cuando Barrichello circulaba en primera posición. El paulista cedió el liderato al jefe tras parar en la 50. No lo hizo de buena gana y, al igual que en Montreal, se pudo ver una imagen hasta entonces inusual, con "Rubinho" azuzando de nuevo al germano, que, una vez que supo que su hermano estaba bien, ya pilotó directo hacia una nueva victoria. Montoya vio la bandera negra en la vuelta 57, ya que los comisarios estimaron, después de estudiar su caso, que no había respetado en su salida desde el 'pit lane' los quince segundos reglamentarios que deben pasar desde que se da la salida.
El español volvió a exhibirse en la salida, con una arrancada hacia la izquierda, luego a la derecha y de nuevo a la izquierda que remató con un exterior a Sato en la primera curva, con lo que pasó de la novena plaza que había conseguido en la calificación a la tercera, por detrás de los Ferrari de Barrichello, que salió desde la 'pole', y de Schumacher. Tras la primera curva se produjo el incidente entre el austríaco Christian Klien (Jaguar), Felipe Massa (Sauber) y el italiano Gianmaria Bruni (Minardi), que provocó la primera salida a pista del coche de seguridad, que circuló hasta pasada la quinta vuelta, en cuya recta inicial "Schumi" superó a su compañero paulista.
Y tres más adelante, cuando aceleraba en tercera posición, al bólido de Alonso se le reventó la rueda trasera derecha en la recta de meta, cuando rodaba a unos 340 kilómetros a la hora. Por fortuna, al español no le pasó nada, aunque la mala suerte se volvió a cebar con el conductor más joven de la historia en ganar un gran Premio (en Hungría, el año pasado), único nacional que lo ha logrado hasta la fecha. La de Indianápolis fue la cuarta carrera consecutiva en la que Alonso sufre algún contratiempo cuando pilota en dirección -como mínimo- al podio. Poco después del accidente de Alonso, se produjeron los de Ralf, al final de la décima vuelta -sin mayores consecuencias, aunque el alemán fue trasladado en ambulancia a un hospital de la capital de Indiana para ser reconocido.
La pista tuvo que ser limpiada y a Barrichello le pilló a contrapie el incidente, ya que tras su primera entrada en boxes se reordenó en sexta posición, dos puestos detrás de Montoya (el colombiano comenzó la carrera desde la línea de 'boxes', adonde tuvo que entrar corriendo en busca del coche reserva), que era cuarto, tras "Schumi" y los dos BAR-Honda del inglés Jenson Button y de Sato. Tras la décima novena vuelta, el coche de seguridad se retiró y la carrera vivió momentos de emoción con los ataques del japonés a Schumacher. Button paró en la 24 -cuatro antes de 'romper'- y Sato una más tarde, con lo que Montoya pasó a ocupar la segunda plaza provisional.
El bogotano paró en el giro 35, momento en el que subió al tercer puesto de la carrera el italiano Jarno Trulli, el compañero de Alonso, el único que ha contestado el dominio de Schumacher, al ganar en Montecarlo. "Schumi" paró en la 42 y Trulli cuatro vueltas más adelante, cuando Barrichello circulaba en primera posición. El paulista cedió el liderato al jefe tras parar en la 50. No lo hizo de buena gana y, al igual que en Montreal, se pudo ver una imagen hasta entonces inusual, con "Rubinho" azuzando de nuevo al germano, que, una vez que supo que su hermano estaba bien, ya pilotó directo hacia una nueva victoria. Montoya vio la bandera negra en la vuelta 57, ya que los comisarios estimaron, después de estudiar su caso, que no había respetado en su salida desde el 'pit lane' los quince segundos reglamentarios que deben pasar desde que se da la salida.