L D (EFE) La propuesta de Núñez Morgades quiere modificar el párrafo de la ley que permite "corregir razonable y moderadamente a los hijos" y que, según el Defensor, ampara el uso del azote o la bofetada. El Defensor del Menor propone añadir a este texto la frase "pero nunca mediante el empleo del castigo físico o de cualquier otro trato que comporte menoscabo de la integridad y dignidad personal".
Núñez Morgades reconoce que "a muchos puede parecerles ésta una propuesta exagerada", pero asegura que "la realidad es que el castigo ni es terapéutico para el que lo da ni pedagógico para el que lo recibe". A su juicio, el maltrato físico genera desconfianza, causa mala conciencia en quien lo realiza y transmite un mal ejemplo al menor porque no le enseña a cooperar, sino a someterse o a desobedecer.
La Institución del Defensor del Menor ha editado una guía que, bajo el nombre de: "Educa, no pegues", explica los daños que el castigo físico ocasiona en los niños y en la sociedad, y ofrece algunas normas de comportamiento para afrontar los conflictos entre padres e hijos. En ella se aboga por el uso del diálogo y se aconseja dedicar tiempo a los hijos, marcarles claramente cuáles son sus límites o compartir aficiones con ellos, entre otras prácticas.
La propuesta del Defensor del Menor coincide con el debate abierto en la Cámara de los Lores del parlamento británico sobre el derecho de los padres a pegar a sus hijos y con la petición de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que solicitó recientemente a los Estados la adopción de legislaciones que prohíban los castigos físicos a los menores.
Núñez Morgades reconoce que "a muchos puede parecerles ésta una propuesta exagerada", pero asegura que "la realidad es que el castigo ni es terapéutico para el que lo da ni pedagógico para el que lo recibe". A su juicio, el maltrato físico genera desconfianza, causa mala conciencia en quien lo realiza y transmite un mal ejemplo al menor porque no le enseña a cooperar, sino a someterse o a desobedecer.
La Institución del Defensor del Menor ha editado una guía que, bajo el nombre de: "Educa, no pegues", explica los daños que el castigo físico ocasiona en los niños y en la sociedad, y ofrece algunas normas de comportamiento para afrontar los conflictos entre padres e hijos. En ella se aboga por el uso del diálogo y se aconseja dedicar tiempo a los hijos, marcarles claramente cuáles son sus límites o compartir aficiones con ellos, entre otras prácticas.
La propuesta del Defensor del Menor coincide con el debate abierto en la Cámara de los Lores del parlamento británico sobre el derecho de los padres a pegar a sus hijos y con la petición de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que solicitó recientemente a los Estados la adopción de legislaciones que prohíban los castigos físicos a los menores.