L D (EFE) Según explicó Segrelles, después de los últimos máximos registrados en la cotización internacional de crudo durante los primeros meses del año, los precios bajaron en junio a niveles cercanos a esa horquilla teórica de entre 22 y 28 euros. Sin embargo, en las últimas semanas se han vuelto a registrar incrementos de precios que se mantendrán en los próximos meses si no varía notablemente la situación internacional, lo que puede restar al crecimiento económico mundial entre 0,3 y 0,5 décimas. 
De hecho, en el mercado de futuros, el precio del barril de crudo WTI para entrega a largo plazo ha subido diez dólares —detalló Segrelles—, lo que demuestra que los analistas prevén precios similares a los actuales para dentro de dos años. Entre los motivos para descartar nuevas bajadas, Segrelles citó el hecho de que en Europa y en Estados Unidos no haya permisos para construir nuevas refinerías, dadas las elevadas exigencias medioambientales que existen en ambos territorios, lo que impedirá aumentar la oferta y, por lo tanto, bajar el precio.
Según sus datos, la capacidad ociosa de producción de crudo es la más baja desde 1991, lo que hace que cualquier incidente en una refinería pueda elevar las tensiones entre la oferta y la demanda y, así, elevar los precios finales. Sin embargo, la AOP descarta que la crisis abierta en la principal petrolera rusa, Yukos, pueda afectar al suministro en los países del Mediterráneo y del Báltico.
Otro de los factores que en opinión del presidente de la AOP contribuye a mantener elevado el precio de los carburantes es la entrada en los mercados internacionales de inversiones especulativas a muy corto plazo, lo que aumenta la volatilidad de las cotizaciones y, normalmente, los precios.
El gasóleo, un repunte ignorado
Según los datos del director general de la AOP, Álvaro Mazarrasa, durante la misma conferencia de prensa, la demanda de productos petroleros, sin incluir a los Gases Licuados del Petróleo (GLP), aumentó el año pasado el 2,2%. Por lo que se refiere a los cuatro primeros meses de este año, Segrelles llamó la atención sobre el "repunte espectacular" del precio del gasóleo, más propio del otoño que del verano.
De hecho, la demanda de gasóleo aumentó el 7,6% en ese periodo, impulsada especialmente por la de uso agrícola (tipo B), que se incrementó el 15,8%, y la de automoción (tipo A), con una subida del 7,4%. El importante incremento del gasóleo agrícola se debe, según a la AOP, a que cada vez se utiliza más para sustituir al de calefacción (tipo C), cuya demanda únicamente aumentó el 2,2%, debido, también, al avance del gas natural como medio alternativo para calentar los inmuebles.