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Severa derrota del Partido Laborista en las elecciones municipales de Inglaterra y Gales

El Partido Laborista británico ha sufrido una severa derrota en los comicios municipales celebrados el jueves en Inglaterra y Gales. A falta de escrutarse los votos de cinco ayuntamientos, la formación de Tony Blair ha perdido 462 concejales, mientras que el Partido Conservador ha ganado 261 y los liberaldemócratas, 113. La participación ha sido del 40 por ciento.

L D (EFE) Blair, que se encuentra en EEUU, donde ha asistido al funeral de Estado por Ronald Reagan, ha declarado: “Creo que Irak ha sido una sombra para nuestro apoyo (...), pero tenemos que entender que estas decisiones se le presentan al Gobierno”.

La recuperación de la alcaldía de Londres, en la que seguirá Ken Livingstone, supone un cierto consuelo para los laboristas, que han visto cómo se le iban de las manos al menos ocho municipios, entre ellos bastiones como Leeds o Newcastle, donde gobernaban desde hacía más de 25 años.

Livingstone, que fue expulsado del partido en 1999 por presentarse como independiente a la alcaldía de Londres, ha vuelto a vencer en los comicios capitalinos. Esta vez bajo la marca laborista, y tras batir, en el segundo recuento, al conservador Steve Norris, de quien le han separado 160.000 sufragios.

Los resultados han supuesto un “puntapié" al Partido Laborista, ha afirmado el viceprimer ministro, John Prescott. Según la cadena BBC, si los datos se extrapolasen al  ámbito nacional, la formación de Tony Blair quedaría como tercera fuerza política, con el 26 por ciento de los votos, ocho puntos por debajo de los conservadores y a tres de los liberaldemócratas.

Desde Washington, donde ha asistido al funeral del ex presidente Ronald Reagan, Blair pidió a sus partidarios este viernes "mantenerse firmes", y dijo que los resultados de las locales no tienen por qué influir en las generales –previstos para mayo de 2005–.
 
“Creo que hay que mantenerse firmes y seguir adelante, y darse cuenta de que sí... Irak ha sido una decisión tremendamente difícil”, declaró Blair a la BBC. “Creo ­–añadió– que Irak ha sido una sombra para nuestro apoyo; nos provoca problemas, a mí me causa dificultades, pero tenemos que entender que estas decisiones se le presentan al Gobierno”.
 
“El hecho de que el Gobierno haya perdido las elecciones locales realmente no augura mucho para los comicios generales”, aunque “hay lecciones que debemos aprenden”, concluyó el mandatario.
 
Unos descartan que el liderazgo de Blair esté entredicho; otros... no

Entre tanto, el ministro de Interior, David Blunkett, se confesó "horrorizado" con los resultados, y dijo que la guerra contra Irak había “dividido a familias, a amigos y al Partido Laborista ", pues "algunos piensan que fue una decisión equivocada". Ahora bien, afirmó que el liderazgo de Blair en la formación no está en entredicho. Tampoco creen que se encuentre en peligro los titulares de Exteriores, Jack Straw, y Economía, Gordon Brown.
 
No todos piensan lo mismo, como se desprende de estas declaraciones de la parlamentaria laborista Christine McCafferty: "Si el primer ministro dijese: 'Me equivoqué' y pidiese perdón, entonces mucha gente estaría dispuesta a volver a confiar en él. Pero si no lo hace, creo que muchos votantes pensarán que es hora de tener un nuevo líder".

Clare Short, la ex ministra de Cooperación Internacional que dimitió en desacuerdo con la guerra de Irak, insistió en reclamar la renuncia del jefe del Ejecutivo, como ha hecho en otras ocasiones. "Creo –afirmó– que el electorado le está mandando un mensaje a Tony Blair, porque el Partido Laborista parece incapaz de controlarlo. Lo que hicimos en Irak ha traído desgracia y deshonor al Reino Unido en todo el mundo”.

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