L D (EFE) “Hemos decidido que habrá un etiquetado en las botellas de alcohol que permitirá explicar que para una mujer embarazada beber es peligroso”, anunció Douste-Blazy, antes de recordar que esa práctica es “excesivamente peligrosa para el feto, es incluso la causa más importante de retrasos mentales”.
El ministro galo ha anunciado que en el próximo otoño se lanzará una campaña para prevenir el consumo excesivo de alcohol, dirigido de forma especial hacia las mujeres en estado. Serán los farmacéuticos, en el momento de la venta del test de embarazo, los encargados de intentar concienciar a las futuras madres de los perjuicios que puede ocasionar en sus hijos.
La iniciativa del Gobierno es consecuencia de la apertura por la Fiscalía de Lille, al norte de Francia, de una investigación preliminar sobre la puesta en peligro de la vida de terceros, engaño agravado sobre el producto y heridas involuntarias, a raíz de una denuncia interpuesta por tres mujeres cuyos hijos sufren del Síndrome de Alcoholismo Fetal (SAF). Las tres mujeres se querellaron por lo penal por la ausencia de etiquetas en las botellas de bebidas alcohólicas sobre el riesgo de su consumo, específicamente para las mujeres embarazadas.
El alcohol en una mujer que está en estado puede generar un SAF en sus hijo, dolencia que afecta a unos 7.000 recién nacidos en Francia cada año y se caracteriza por anomalías neurológicas, algunas irreversibles.
Hasta ahora, la legislación francesa estipula que tiene que haber advertencias sobre los riesgos del consumo de alcohol en la publicidad de este tipo de bebidas, pero no en las propias botellas.
El ministro galo ha anunciado que en el próximo otoño se lanzará una campaña para prevenir el consumo excesivo de alcohol, dirigido de forma especial hacia las mujeres en estado. Serán los farmacéuticos, en el momento de la venta del test de embarazo, los encargados de intentar concienciar a las futuras madres de los perjuicios que puede ocasionar en sus hijos.
La iniciativa del Gobierno es consecuencia de la apertura por la Fiscalía de Lille, al norte de Francia, de una investigación preliminar sobre la puesta en peligro de la vida de terceros, engaño agravado sobre el producto y heridas involuntarias, a raíz de una denuncia interpuesta por tres mujeres cuyos hijos sufren del Síndrome de Alcoholismo Fetal (SAF). Las tres mujeres se querellaron por lo penal por la ausencia de etiquetas en las botellas de bebidas alcohólicas sobre el riesgo de su consumo, específicamente para las mujeres embarazadas.
El alcohol en una mujer que está en estado puede generar un SAF en sus hijo, dolencia que afecta a unos 7.000 recién nacidos en Francia cada año y se caracteriza por anomalías neurológicas, algunas irreversibles.
Hasta ahora, la legislación francesa estipula que tiene que haber advertencias sobre los riesgos del consumo de alcohol en la publicidad de este tipo de bebidas, pero no en las propias botellas.