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Rafael Nadal vence a Clement y mete a España en su quinta final de Copa Davis

La ambición de Rafael Nadal, un joven de 18 años hambriento de éxitos y con carácter ganador, ha dado la puntilla a Francia en las semifinales de la Copa Davis al vencer cómodamente a Arnaud Clement, por 6-4, 6-1 y 6-2, para meter a España en la lucha por la Ensaladera de Plata ante Estados Unidos. En un partido ya sin trascendencia, Tommy Robredo redondeaba la faena al ganar a Paul-Henri Mathieu por un doble 6-4.

La ambición de Rafael Nadal, un joven de 18 años hambriento de éxitos y con carácter ganador, ha dado la puntilla a Francia en las semifinales de la Copa Davis al vencer cómodamente a Arnaud Clement, por 6-4, 6-1 y 6-2, para meter a España en la lucha por la Ensaladera de Plata ante Estados Unidos. En un partido ya sin trascendencia, Tommy Robredo redondeaba la faena al ganar a Paul-Henri Mathieu por un doble 6-4.
L D (EFE) Nadal ha sido el arma empleada por el G-3 -grupo de capitanes españoles-, que a última hora del sábado, y visto lo visto, apostó firmemente por el incombustible empuje del balear, en plena explosión y extraordinariamente motivado en situaciones como esta. Unas molestias en el hombro de Carlos Moyá y el esfuerzo que realizó en el primer punto de la eliminatoria, facilitaron la decisión de los capitanes, conscientes de que, en cualquier caso, resguardaban en la recámara las considerables garantías de la opción de Juan Carlos Ferrero ante un eventual enfrentamiento por el quinto y decisivo punto.
 
Nadal, que no hace mucho ya se apuntó su primer título como profesional (Sopot), ha convencido ya en su condición de jugador para el individual. Su afán le convirtió en el héroe de Brno, cuando urgido por las necesidades, España tiró de él para sacar adelante la eliminatoria de primera ronda frente a la República Checa. La que allanó el camino hacia la final de la Davis. Pero a partir de entonces, el retorno de Moyá y Ferrero limitó su presencia al doble junto a Tommy Robredo. No quedó al margen del equipo y poco a poco ha demandado un notable protagonismo. Seguramente, el espíritu y el tesón que tiró de su compañero en el partido por parejas frente a Francia donde España logró el segundo punto de la eliminatoria, dispararon la apuesta de Jordi Arrese, Juan Avendaño y Josep Perlas. No se equivocaron.

Nadal apabulló a Clement. Pasó por encima del recambio galo, que sustituyó al lesionado Fabrice Santoro y saltó a la plaza de Toros de Alicante sin margen de error. El galo rompió el saque del español en el primer juego y se situó 2-0 a favor. Fue un espejismo. El balear compensó el desajuste en el sexto juego y volvió a quebrar el servicio de su rival en el décimo. Firmó el primer set (6-4). Nadal, un maestro en alentar a un público entregado, pisó el acelerador después. No dejó pasar el tiempo y en el cuarto parcial del segundo consiguió el primer break (4-1). Repitió en el sexto sin desperdiciar las carencias de su adversario, marginado del juego que en una ocasión (2002) le llevaron a la final del Abierto de Australia.

El impulso del español, auxiliado por el magnífico tenis que ha aglutinado el talento con la progresión, desarboló los argumentos del capitán francés Guy Forget, incapaz de alentar a su pupilo. Nadal se situó con 5-0 y tuvo una bola de partido para terminar por sonrojar a su rival. Clement maquilló la situación después de solventar la papeleta y anotarse dos juegos. Pero en el noveno no pudo más. El balear selló el triunfo y salió a hombros por la puerta grande.
 
Robredo vence ante Mathieu en un duelo sin trascendencia
 
Poco después, Tommy Robredo redondeaba con su triunfo ante Mathieu por 6-4 y 6-4. La falta de presión en el último punto de una eliminatoria sentenciada marcó el duelo. El catalán puso brillo al trabajo del cuarteto hispano, que había firmado la sentencia a la semifinal que ha predispuesto a España en la lucha por su segunda Ensaladera de Plata. Robredo ocupó el lugar previsto para Ferrero. Lo hubiera hecho a pesar de que en juego estuviera la eliminatoria. El tenista valenciano, en el calentamiento que efectuaba por la mañana junto a Nadal, se resintió del dolor que sufrió en la mano derecha. A la raqueta de Onteniente le salió una llaga en el partido del viernes frente a Fabrice Santoro y no podía jugar.

El tenista catalán tomó la responsabilidad de la jornada. Aunque después, el triunfo de Nadal quitó presión a su compromiso. También a Mathieu. A quién el destino le ha privado de una ocasión histórica de resarcirse de la decepción que protagonizó hace dos años. En la final de Francia frente a Rusia. En la que perdió los dos puntos de su individual. Especialmente doloroso el quinto y definitivo frente a Mijail Youzhny. Su carrera quedó marcada desde entonces.

Pero no tuvo su ocasión en Alicante a pesar de que allanó el camino tras la primera jornada, en la que tuvo pinta de héroe. Pero Nadal echó por tierra sus sueños. Y su deuda permanece pendiente. Especialmente tras la derrota contra Robredo en el último punto. Ya no tenía trascendencia. Y el alsaciano desechó la ocasión y se apartó de la motivación. Robredo contó con el favor del público, la euforia del equipo y el juego para romper en dos ocasiones, una en cada set, para cerrar el encuentro y redondear la victoria de España.

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