LD (EFE) El euro ha batido un nuevo récord frente al dólar en Fráncfort al cambiarse a 1,3107 dólares, tras expresar Rusia su interés en reestructurar sus reservas de divisas y vender dólares contra euros. En su carrera alcista, el euro ha batido este mes seis récords contra el dólar, impulsado cada vez por motivos técnicos distintos, pero siempre en un clima adverso a la divisa estadounidense.
En los últimos tres meses, el euro ha ganado un 7 por ciento frente al "billete verde", que se ha debilitado a pasos forzados. Washington confía en que un dólar depreciado facilite la reducción del abultado déficit comercial estadounidense, y no ha hecho demasiados esfuerzos por disimular esta postura, pese a mantener el apoyo verbal a su moneda.
Tal como comentaba Greenspan el pasado viernes en Fráncfort, la demanda de dólares ha disminuido en vista del doble déficit, fiscal y comercial, de EEUU. El secretario del Tesoro de EEUU, John Snow, manifestó el pasado fin de semana en una reunión del G-20, la voluntad de su gobierno de reducir el déficit a la mitad a medio plazo, pero estas buenas intenciones no han convencido a los mercados.
Los actores en el mundo financiero propugnan un descenso ordenado del dólar, ya que su desplome podría tener consecuencias imprevisibles para la economía mundial, empezando por una rápida pérdida de la competitividad de las exportaciones europeas, un proceso que ya está en marcha a medida que se aprecia el euro. De mantenerse esta tendencia, la Comisión Europea, el BCE y otras instituciones tendrán que revisar de nuevo a la baja las previsiones de crecimiento europeo, que para 2005 se calculan en torno a un modesto 2 por ciento.
La "anemia" del dólar también se ha dejado sentir en las monedas asiáticas, hasta el punto que Japón considera volver a intervenir en los mercados para apoyar el dólar y abaratar sus exportaciones a países que facturan en esta moneda. Fuentes financieras señalaron que el won surcoreano se ha depreciado frente al dólar después de que interviniera el banco central para frenar las ganancias de su moneda, que ha alcanzado el mayor valor de los últimos siete años.
Sin embargo, el BCE no ha dado ninguna señal de que querer intervenir en favor del dólar y se ha limitado a calificar de "brutales" las recientes oscilaciones en los mercados de divisas.
En los últimos tres meses, el euro ha ganado un 7 por ciento frente al "billete verde", que se ha debilitado a pasos forzados. Washington confía en que un dólar depreciado facilite la reducción del abultado déficit comercial estadounidense, y no ha hecho demasiados esfuerzos por disimular esta postura, pese a mantener el apoyo verbal a su moneda.
Tal como comentaba Greenspan el pasado viernes en Fráncfort, la demanda de dólares ha disminuido en vista del doble déficit, fiscal y comercial, de EEUU. El secretario del Tesoro de EEUU, John Snow, manifestó el pasado fin de semana en una reunión del G-20, la voluntad de su gobierno de reducir el déficit a la mitad a medio plazo, pero estas buenas intenciones no han convencido a los mercados.
Los actores en el mundo financiero propugnan un descenso ordenado del dólar, ya que su desplome podría tener consecuencias imprevisibles para la economía mundial, empezando por una rápida pérdida de la competitividad de las exportaciones europeas, un proceso que ya está en marcha a medida que se aprecia el euro. De mantenerse esta tendencia, la Comisión Europea, el BCE y otras instituciones tendrán que revisar de nuevo a la baja las previsiones de crecimiento europeo, que para 2005 se calculan en torno a un modesto 2 por ciento.
La "anemia" del dólar también se ha dejado sentir en las monedas asiáticas, hasta el punto que Japón considera volver a intervenir en los mercados para apoyar el dólar y abaratar sus exportaciones a países que facturan en esta moneda. Fuentes financieras señalaron que el won surcoreano se ha depreciado frente al dólar después de que interviniera el banco central para frenar las ganancias de su moneda, que ha alcanzado el mayor valor de los últimos siete años.
Sin embargo, el BCE no ha dado ninguna señal de que querer intervenir en favor del dólar y se ha limitado a calificar de "brutales" las recientes oscilaciones en los mercados de divisas.