L D (EFE) Jorge Videla, de 79 años, fue ingresado en el Hospital Militar de Buenos Aires hace tres días, cuando sufrió problemas de irrigación sanguínea en el cerebro que además le causaron una desorientación.
El dictador, que encabezó el golpe de estado de marzo de 1976 y gobernó Argentina hasta 1980, cumplía prisión domiciliaria por un proceso en el que se investiga si hubo un "plan sistemático" para el robo de bebés durante la dictadura militar (1976-1983).
En septiembre pasado, el juez federal Jorge Urso dictó autos de prisión contra Videla y otros 17 ex jefes militares acusados de violaciones de los derechos humanos bajo el Plan Cóndor, un sistema coordinado de represión que aplicaron las dictaduras del Cono Sur americano en la década de los años setenta del siglo pasado. Videla fue despojado de su grado de teniente general del Ejército en 1985, después de que un tribunal lo condenara a prisión perpetua por delitos de "lesa humanidad" en un proceso en que otros cuatro jerarcas de la dictadura recibieron severos castigos.
Pero los condenados en ese proceso fueron indultados en 1991 por el entonces presidente argentino, Carlos Menem, aunque esos perdones excluyeron al delito de robo de bebés de desaparecidos. La represión desatada por el último régimen militar argentino dejó el resultado de unos 18.000 desaparecidos, según cifras oficiales, aunque los organismos de derechos humanos las cifran en 30.000.
En septiembre pasado, el juez federal Jorge Urso dictó autos de prisión contra Videla y otros 17 ex jefes militares acusados de violaciones de los derechos humanos bajo el Plan Cóndor, un sistema coordinado de represión que aplicaron las dictaduras del Cono Sur americano en la década de los años setenta del siglo pasado. Videla fue despojado de su grado de teniente general del Ejército en 1985, después de que un tribunal lo condenara a prisión perpetua por delitos de "lesa humanidad" en un proceso en que otros cuatro jerarcas de la dictadura recibieron severos castigos.
Pero los condenados en ese proceso fueron indultados en 1991 por el entonces presidente argentino, Carlos Menem, aunque esos perdones excluyeron al delito de robo de bebés de desaparecidos. La represión desatada por el último régimen militar argentino dejó el resultado de unos 18.000 desaparecidos, según cifras oficiales, aunque los organismos de derechos humanos las cifran en 30.000.